El 20-D se antoja un escenario abierto con dos fuerzas estatales que se sumarán previsiblemente al binomio PP-PSOE, como son Podemos y Ciudadanos. Para el presidente de los populares gallegos y de la Xunta, sin embargo, la elección vuelve a ser entre dos opciones: el valor "seguro" de sus siglas o apostar por un "voto incierto que se juega a una tómbola o a una carambola".

Este fue el mensaje que lanzó ayer Alberto Núñez Feijóo durante un mitin en Carballo en una jornada centrada en su tramo final en arropar a los suyos para insuflar optimismo, a pesar de que la cúpula dirigente de su formación teme el auge de Ciudadanos y el efecto que pueda causar en su electorado, que ha ido menguando conforme han pasado las elecciones desde 2012. Cerró el día con un acto con militantes en A Estrada previa a la comida de navidad con la agrupación local coruñesa, todavía en shock tras perder la Alcaldía a manos de la debutante Marea Atlántica.

La economía y la "experiencia" constituyen las claves de la campaña del PP para que Mariano Rajoy repita como presidente del Gobierno y en ellas incidió Feijóo, que destacó la ausencia de pasado de los emergentes como sospecha de debilidad. "No pueden dar la garantía del Partido Popular porque nunca lo demostraron y no son capaces de decir ni cómo lo harían ni con quién", afeó sobre la dirección del Estado.

Frente a la experiencia, Feijóo esgrimió la panoplia de datos que, a juicio de su partido, evidencian que la crisis es historia y se camina hacia la recuperación. "Ahora tenemos que seguir construyendo la recuperación. Sabemos que el problema del paro no se soluciona en los platos de televisión", alegó durante la reunión con el PP coruñés, en alusión a la importancia que están teniendo de momento los platós en la campaña.

Ahí, reconoció, como hizo Rajoy, los errores comunicativos y aseguró que algunas decisiones fueron tomadas por un bien mayor. "Hemos intentado hacer las cosas bien, sabiendo que hacer las cosas bien a veces es decir que no", añadió.

Además, defendió el legado de Rajoy, que evitó, dijo, el rescate de la economía española, si bien sí tuvo que pedir ayuda europea para evitar la quiebra del sistema bancario. El propio Estado da por perdidos 40.000 millones de euros de ese fondo.

A pesar de ello, Feijóo pidió a la sociedad hacer balance, haciendo "la mayor parte de las cosas que debían, superando el mal pasado, mejorando el presente cada día y recuperando un futuro cierto para este país".

Si la jornada vespertina y nocturna fue dedicada al partido, Feijóo empleó la mañana en sus tareas de gobierno presidiendo el Consello de la Xunta. La rueda de prensa posterior al Consello del Ejecutivo, sin embargo, también estuvo permeada por el ambiente electoral. En ella, Feijóo tiró de clásicos en su repertorio. El miedo al bipartito con que venció en el año 2009 derivó luego en temor a cuatripartitos que ahora devienen tripartitos.

El más votado, sin gobierno

El líder de los populares aseguró que si no se vota al PP existe riesgo de que, aunque los populares sean los más votados, gobierne una pinza de Podemos y Mareas y Ciudadanos, que ha facilitado "de forma directa o indirecta" el gobierno de "otros". C's permitió al PSOE mantener Andalucía, pero también al PP quedarse con cuatro autonomías. "Quien crea que el PP ya ganó las elecciones se equivoca y quien piense que por ganar las elecciones el PP va a gobernar también se equivoca", añadió.

Además, también se refirió a las dificultades para participar el 20-D de los emigrantes tras la implantación del voto rogado, que luego la Cámara gallega pidió anular. "por garantizar la limpieza, se perjudica a los gallegos que quieren ejercer su derecho", razonó.