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Elecciones en Galicia 2016

El PSdeG, del poder al caos en siete años

Tras la caída del bipartito, los socialistas acumulan conflictos y líderes fallidos que la guerra estatal solapa ahora

Fernández Leiceaga. // X. Álvarez

"Ahora no es momento de irse, pero da ganas". Con esta resignación asumía un importante miembro del PSdeG ayer la situación de su partido a nivel estatal, reconociendo que la guerra civil sin precedentes abierta en Ferraz determinará el futuro de Galicia, pero también que esta está solapando la peor situación de la sucursal desde la Transición. El panorama resulta más dramático que en los 90, cuando el partido se hundió hasta tocar fondo en 1997 con 15 diputados -aunque con 2 en coalición-. Entonces, carecía de rumbo frente al fraguismo, con Francisco Vázquez como caudillo coruñés, pero el enfrentamiento interno no había llegado al extremo actual.

El paralelismo con aquel infierno está en boca de todos en el partido, aunque en privado se reconoce que las perspectivas empeoran cada día. Tras aquel agujero, la llegada de Touriño propició una etapa de consolidación interna y mejora de resultados hasta alcanzar el parnaso de la Xunta en 2005 con 25 escaños. Fueron los mismos que en 2009 lo dejaron sin poder porque el BNG perdió uno. Desde la caída del bipartito y los puñales que obligaron a dimitir a Touriño -que ajustó cuentas en sus memorias con los que consideraba sus verdugos, como Ricardo Varela, Pachi Vázquez o José Blanco-, el partido vive un carrusel de cambios, liderazgos fallidos que topan con la oposición de un grupo parlamentario díscolo hasta ahora, dimisiones por presunta corrupción o la caída de históricos feudos. Desde que salieron con las maletas del edificio de San Caetano, se han dejado once escaños y 270.000 votos ante el sorpasso de En Marea, carecen de secretario xeral, están bajo el control de una gestora apoyada por un Pedro Sánchez en el alambre y cuentan con una única baronía clara en Pontevedra: Abel Caballero, con mayoría absoluta en Vigo y control sobre la Diputación. Los entes provinciales de A Coruña y Lugo están en una posición más comprometida.

El gran shock socialista este año se produjo en marzo cuando José Ramón Gómez Besteiro, llamado a ser un líder de continuidad por fin, dimitió por nuevas imputaciones en un caso de corrupción de la juez De Lara, que ha tumbado su carrera. Pero siguió manejando el poder del partido y la provincia de Lugo en la sombra y a través de la gestora de Pilar Cancela.

El acoso del espacio de las mareas al caladero de votos de la izquierda sumió al partido en un estado de desorientación, siendo en alguna ciudad más duro que el PP con estas mientras Leiceaga garantizaba un pacto con ellos en la Xunta. En las ciudades de A Coruña fue relegado al tercer puesto, algo inédito en su historia, si bien logró recuperar la diputación. Ejemplos del estado de ánimo socialista: en Ferrol, el bipartito está roto y en Santiago, Besteiro asumió un candidato municipal que no quería.

Mientras, el pachismo resiste en Ourense enfrentado al bando del que fuese alcalde Francisco Rodríguez, que salió esposado de su casa por un caso de corrupción que se llevó por delante a la exmano derecha del lucense Orozco.

Tras las elecciones de 2012, Antolín Sánchez Presedo recordaba en este diario las luchas fratricidas de los 90 que acabaron con su puesto de secretario xeral tras el aplastamiento sufrido ante Fraga. "Siempre que hay división en el partido recuerdo aquella época. Sufrí y creo que hay que tener elegancia al activar los relevos", decía.

También dejaron paso Francisco Vázquez como líder orgánico y Abel Caballero tras duros ataques por el fiasco del 97, pero Pachi Vázquez se limitó a no presentarse a la reelección pese a su desplome electoral, -luego dejó el Parlamento al ser juzgado por enchufismo en su época de alcalde-. Touriño dimitió la noche electoral.

El PSdeG vive un déjà vu hasta el punto de que el candidato a la Xunta, Xoaquín Fernández Leiceaga, asumió la portavocía parlamentaria tras la derrota del bipartito. Luego, cayó por enfrentarse a Pachi Vázquez, que se hizo con el liderazgo apoyado por Ricardo Varela y José Blanco. Lo relevó el pontevedrés Abel Losada, a pesar de que no deseaba el puesto y de que cumplió en él con creces. Ambos se encuentran de nuevo en el Parlamento, lo que ilustra las vueltas que da el PSdeG. El último portavoz fue José Luis Méndez Romeu, exconselleiro de Touriño, y rival de Leiceaga en las primarias. Un bucle.

En caída en las ciudades coruñesas, encomendado aún al besteirismo en Lugo -aunque no evitó el esperpento de un tránsfuga que dejó temporalmente la diputación en manos del PP- y con un pulso eterno en Ourense, solo Pontevedra se presenta como un bloque sólido en el PSdeG. Pero Caballero se siente agraviado por los cambios en las listas acometidos por Ferraz y la gestora, poco hábiles al buscarse un enemigo a semanas de los comicios. Cancela se defendió ayer le envió el mensaje de que algunos no habían trabajado lo suficiente antes del 25-S.

La diferencia respecto a la crisis del PSdeG de los 90 es que entonces se atisbaba en Touriño cierta coherencia discursiva y que logró votos para ganar tiempo y alcanzar el poder, el verdadero termómetro de autoridad en el PSdeG. Sin él y sin líder, el puño padece artrosis y la rosa se marchita.

Emilio Pérez Touriño | Secretario Xeral 1998-2009

Touriño sucedió a Francisco Vázquez como líder del PSdeG. Selló heridas y comenzó a ganar votos. Alcanzó los 25 diputados, pero no mantuvo la Xunta en 2009 y la misma noche electoral sus aliados forzaron su adiós.

Pachi Vázquez| Secretario Xeral 2009-2013

Señalado por Touriño como desleal, relevó a este tras ser uno de sus conselleiros. Ganó un congreso en 2012 y se mantuvo en la Cámara tras perder siete actas. Luego, no se presentó a la reelección en un proceso a medida de Besteiro.

J. Ramón Gómez Besteiro | Secretario Xeral 2013-2016

Besteiro estaba llamado a coser el partido y contaba con apoyos que fue perdiendo poco a poco. Nuevas imputaciones en casos de corrupción lo apartaron del cargo en marzo, pero siguió dirigiendo el partido en la sombra.

Pilar Cancela | Pdta. de la gestora desde marzo

Cancela, fiel a Besteiro, preside la gestora desde marzo con la tarea de convocar un congreso para elegir secretario xeral, pero terció en la elección de las listas y también se enfrentó con la provincia de Pontevedra, que pidió su cese.

Leiceaga guarda silencio para alejarse de la guerra de bandos pero Cancela lo sitúa en el de Sánchez

  • Xoaquín Fernández Leiceaga comenzaba esta tarde un pequeño viaje para desconectar. Sorprende el silencio del que estaba llamado a ser el presidente de una Xunta liderada por el PSdeG, que quiere desvincularse de las pugnas orgánicas y asumir la portavocía parlamentaria hasta que el partido tenga secretario xeral. Su discurso de neutralidad fue tumbado ayer por la presidenta de la gestora, Pilar Cancela, que lo situó en su bando y en el de Pedro Sánchez."Ante tanto tema orgánico, lo normal es que el candidato se mantenga al margen. Pero nadie duda de que está en la posición de apoyar a la dirección en Galicia [del PSdeG] y al secretario general Pedro Sánchez", sostuvo en declaraciones a la TVG.Leiceaga logró en las primarias el apoyo expreso de la gestora y Besteiro, así como el del propio Sánchez, pero ahora quiere evitar trasladar a la Cámara el pulso estatal y la crisis gallega y desvincularse. Sus enemigos ya pidieron su cabeza tras los comicios.Su estrategia de dar un paso al costado fue dinamitada por Cancela, que además de colocarlo en una trinchera, replicó al alcalde de Vigo, Abel Caballero, que censuró el cambiazo en las listas electorales y lo señaló como uno de los motivos de caída electoral y falta de respeto a las bases. Le respondió que la decisión final correspondía "a la dirección" y, tras reconocer que no habla con él desde ese proceso, dijo: "Que no olvide que en Pontevedra, la segunda persona con más votos fue Gonzalo Caballero y no lo vi [en la propuesta de lista provincial]. Sin embargo, la candidatura entera del aparato pontevedrés fue la que más votos obtuvo.También le afeó al regidor, sin citarlo, la falta de implicación en campaña, una de las causas, dijo Cancela, de lograr el peor resultado de la historia para el PSdeG.

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