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Resultados elecciones en Galicia 2016

La "estabilidad" de un líder frente a candidatos "improvisados"

Expertos coinciden en la fuerza de la imagen de Feijóo, en una campaña "sin riesgos y serena"

Alberto Núñez Feijóo. // Gogue

"A la campaña hay que llegar con el trabajo hecho: esas dos semanas solo pueden servir para reforzar tus mensajes, movilizar a tu electorado, intentar desmovilizar a tu rival.. pero no para hacer en 14 días el trabajo de dos años". Así lo resume el sociólogo y experto en tracking electoral Carlos Abella. Tras visualizar la carrera de las distintas fuerzas políticas hacia el 25-S y, ubicados ya en el día después, con los resultados analizados, los expertos consultados coinciden en que los partidos de izquierda estaban más débiles, con candidatos menos conocidos y sin sensación de unidad en el seno de cada partido.

"Han hecho muy poco ruido", expresa Raquel Pedrouso, consultora. Indica que le sorprendió la evolución del BNG: "en los anteriores comicios habían hecho un mitin en Pontevedra pero pequeño, sin mucha gente, sin embargo en esta ocasión, fue en la calle, con mucha afluencia".

Alberto Pena, profesor de Propaganda Política en la Universidad de Vigo, expresa que el PPdeG "ha sabido explotar sus fortalezas y solapar sus debilidades mejor que sus adversarios". "Su eje de campaña se apoyó en dos ideas clave que parecen haberle funcionado. Una de ellas es un candidato mucho más conocido que sus rivales, con una imagen de marca propia, alrededor del cual giró su estrategia principal dejando de lado el partido y sus siglas, muy desgastado por los casos de corrupción que afectan a la dirección nacional", argumenta Pena. Eso, en primer lugar. La segunda idea fuerza sería que Feijóo garantiza la "estabilidad política" para Galicia "frente al proyecto disgregador (el caos) que representaba la oposición". Para Pena, estos dos ejes estratégicos de comunicación "se difundieron a través de un discurso del candidato muy emocional, con apelaciones constantes a Galicia, a su familia, a la sabiduría del pueblo gallego, a sus raíces personales, a su compromiso con la tierra que lo vio crecer...". Con esta escenificación política, "con una cartelería simbólicamente inmaculada, se representó ideológicamente al candidato popular como un líder cercano, auténtico, que encarna mejor que sus adversarios la defensa de los intereses de Galicia". "El PPdeG ha conseguido que una mayoría de electores no tuvieran en cuenta el expediente de corrupción que arrastra la dirección nacional y el PP como marca. Sorprendentemente, esto ha quedado obviado", apunta Pena.

Coincide Carlos Abella, explicando que el PP es "una máquina electoral en Galicia, que llega hasta el último rincón del territorio y que practica la movilización de su electorado como ningún otro partido". "Su campaña fue buena, sin riesgos, serena y apuntaló lo que antes de la misma se predecía y resultaba lógico: una victoria incontestable", añadió Abella. Para este consultor, sabían que su situación de partida era muy ventajosa: "un partido fusionado, cohesionado tras un líder indiscutible conocido por todo el electorado y comparativamente bien valorado dado el actual contexto, sin fisuras y con un objetivo claro, centrado en Galicia, sin menciones a lo que pasa más allá de Pedrafita, alejado de la corrupción".

Añade Abella que los demás líderes partían de peldaños inferiores. "No puedes pretender vencer a un monstruo de la política como Feijóo improvisando candidato a apenas dos o tres meses de un proceso electoral, como es el caso del PSdeG o En Marea, que no conoce ni un tercio del electorado porque no ha tenido proyección pública; un candidato que si conocen es de oídas pero al que la inmensa mayoría no ha oído hablar en público ni una sola vez", expresa Abella, que añade que en estas circunstancias es difícil transmitir "confianza, carisma o calidez". Para él hay tres fallos clave en los demás partidos: "desconocer a falta de dos meses el nombre de la coalición que competirá ni qué fuerzas lo compondrán, como es el caso de En Marea; no es posible vencer a un partido que lleva 7 años en el gobierno sin que tu proyecto de país sea conocido y, en tercer lugar, no se puede competir contra un partido compacto cuando distintos líderes del tuyo muestran sus discrepancias y desavenencias en público hasta en la propia semana de las elecciones, como ocurrió con PSOE o Podemos".

"Me resultó complicada la imagen del PSOE, creo que no quedó claro quién era ni el proyecto. Creo que no generó confianza. En mi opinión, En Marea perdió algo del entusiasmo inicial que desprendía, en parte, debido a la situación en el gobierno: se trata de nueva política pero me pregunto si es realmente para negociar o para mostrar berrinches. Lo que es evidente es que la mayoría absoluta debe hacer reflexionar a todos los demás partidos", apunta Pedrouso.

Un diez a Pontón: "Contundente y persuasiva"

  • Para el BNG la campaña electoral sí que ha tenido efectos. Coinciden en ello los expertos consultados. "Consiguió dar la vuelta a los pronósticos y aguantar de forma muy meritoria una tendencia bajista de largo recorrido", expresa Abella, quien añade que bajó "pero menos de lo que se vaticinaba y es probable que en buena medida se deba a su campaña y a la proyección que su candidata alcanzó en la misma, más tras el debate televisado". Para el profesor Alberto Pena, Ana Pontón se ha mostrado, como candidata, "como un valor político para el BNG". "Ha sabido transmitir la idea de que se puede ser contundente con las políticas del PPdeG y amable en el modo de persuadir y de representar la crítica dentro del debate político", argumenta Pena. Pese a no ser "muy conocida", "ha sido coherente con el discurso del BNG, que se ha presentado ante los votantes como el único partido que representa al nacionalismo gallego". Apunta Pena que su defensa de los intereses de Galicia "frente a los demás partidos de la oposición (a los que en su campaña se vinculó a intereses ajenos a Galicia) posiblemente hicieron revertir las previsiones de las encuestas".

"A Ciudadanos le ha sobrado la campaña"

Ciudadanos

  • "A Ciudadanos le ha sobrado la campaña electoral y esto es una constante en sus últimas campañas, en las que solo consigue empeorar sus expectativas. En el caso gallego fue nefasta por varios motivos: su eslogan fue una chapuza lingüística que mezclaba dos idiomas e incluía un error gramatical, la bandera gallega mostraba la franja azul al revés y su candidata renunció a usar el gallego. Todo esto transmitió una impresión de una fuerza alejada de nuestra tierra, nada galleguista, cuando el electorado gallego comparte en su inmensa mayoría este sentimiento, más allá de que se considere nacionalista o no", argumenta Abella. Además, según sus palabras, se presentaron como una opción cuyo único objetivo era que En Marea no entrase en el gobierno, dándole así munición de sobra al PP para lanzar una de sus ideas fuerza: "votar a Ciudadanos es tirar el voto, el voto útil es PP". Para Pena, la candidata "era desconocida, que mostró también falta de frescura y se presentaba como muleta de Feijóo y eso no es coherente con la idea de que son la alternativa a la vieja política del PP o del PSOE", puntualiza Pena.

"Leiceaga y Villares no transmitieron una alternativa seria, cohesionada e ilusionante"

  • "En Marea padeció durante la campaña el lastre de los debates disgregadores de Podemos. Las luchas internas entre sus líderes y la imagen de desunión fueron una baza utilizada sistemáticamente por el PPdeG de forma orquestada", cuenta Alberto Pena, profesor de Propaganda Política en la Universidad de Vigo, que añade que Villares, frente a Feijóo, "era un advenedizo, sin proyección pública, con escasa presencia en los medios de comunicación antes de las elecciones; la imagen de un candidato no se puede construir en una campaña, es muy difícil".En cuanto al PSdeG, Pena cree que está "en medio de una tormenta perfecta". "Era previsible que fuese sobrepasado por En Marea, como ya hacían intuir las encuestas. Además de la crisis de la dirección nacional, Leiceaga es un candidato sin rodaje (como Villares) que surgió con una polémica que lo ha perseguido durante toda la campaña, incluso con el boicot o la indiferencia de algunos de los dirigentes socialistas más significados", expresó Pena. Añade que la corrupción también ha sido "un lastre pesado, pues las imputaciones de sus dos últimos secretarios generales no es una cuestión que se pueda obviar a efectos de imagen del partido". "Por lo demás, Leiceaga, igual que Villares, creo que no ha sabido transmitir una alternativa seria, cohesionada e ilusionante, que además pasaba por el concurso de una tercera fuerza, el BNG", concluye.

Alberto Pena | Profesor de Propaganda Política

"El PPdeG ha sabido explotar sus fortalezas y solapar sus debilidades"

Carlos Abella | Sociólogo y consultor político

"Hay que prepararse; no se puede hacer en 14 días el trabajo de dos años"

Raquel Pedrouso | Consultora

"Han hecho muy poco ruido y con este resultado tienen que reflexionar"

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