El 25-S deja un rotundo ganador, Alberto Núñez Feijóo, con su tercera mayoría absoluta, la única en una comunidad, y más votos que hace cuatro años. Pero también fue un éxito para Manuel Baltar. La oposición le había puesto en el ojo de mira, intentó utilizarle para desgastar a Feijóo por el caso judicial en el que está imputado por supuestamente haber ofrecido un trabajo en la Diputación a una mujer a cambio de favores sexuales. Ciudadanos reclamaba su cabeza a cambio de su apoyo, en el hipotético caso de que el PPdeG perdiese la mayoría absoluta y el partido de Rivera entrara en O Hórreo, lo cual al final no sucedió, ni en un extremo ni en el otro. Y En Marea, PSdeG y BNG le presentaban como paradigma de la corrupción. Fue una de las armas arrojadizas más utilizadas en los mítines, las entrevistas y el debate de TVG. Erraron en el enfoque porque los electores no les compraron el mensaje al menos en Ourense. El PP logró en esta provincia un escaño más, al pasar de 8 a 9. Es la única provincia donde los populares gallegas suman un acta más. También recoge 2.392 papeletas más, y creció 4 puntos en porcentaje de voto desde 2012. Todo tiene más mérito pues Ourense es en una provincia que ha adelgazado su censo electoral en 10.000 votantes en los últimos cuatro años.

El PP de Ourense registra el mejor resultado de Galicia. Es la única provincia donde suma un acta más y es la provincia donde más crece en porcentaje de apoyos. Además se sitúa como el mayor granero de votos: 53 de cada 100 papeletas fueron del PP, pues hace cuatro años el podio lo ocupaba la provincia lucense. Ese 53% son cuatro puntos más que la media autonómica, y Lugo ahora se quedó en el 52,85%.

Ourense además es la provincia donde menos penetración ha tenido Ciudadanos. El partido que competía por el mismo espacio electoral que el PP sólo sumó el 2,76% de los apoyos en Ourense, con 4.797 votos,frente al 2,77% de Lugo, y 5.962 papeletas. El partido de Rivera consiguió el 3,89% de los votos en Pontevedra y el 3,3% en A Coruña.

Baltar en la noche del 25-S presentó Ourense como un bastión del PP y exultante proclamaba: "Nunca ninguna otra formación política ha tenido el resultado que hemos tenido nosotros en estos 40 años de democracia". Presentaba su éxito como clave para que Galicia tenga un "gobierno sólido" y "estable" para estos próximos cuatro años y con un mensaje claro al resto de España de cómo se deben hacer las cosas: "Como las hacemos en Ourense".

Con los resultados del domingo, Baltar se blinda en Ourense. Si alguien en el PP podía tener la tentación de cuestionarle, por su imputación judicial, el 25-S puede haberle quitado las ganas. Tiene el apoyo de más de la mitad de los electores de la provincia.

Mientras la oposición le acosaba durante la campaña electoral para intentar erosionar la mayoría absoluta de Feijóo, Baltar no se retiró de escena. No optó por un discreto segundo plano, como ha sucedido en otros casos. El presidente de la Diputación y líder del PP en Ourense capitalizó la campaña. Acudía a todos los actos, y asumía el protagonismo. Ourense fue una de las provincias donde más se dejaron ver los dirigentes setatales, de los que por el contrario parecía huir Alberto Núñez Feijóo. Mariano Rajoy, Dolores de Cospedal, Pablo Casado y Juan Manuel Vicente Herrera se fotografiaron al lado de Baltar.

El baile del último escaño

Baltar exhibió en la noche del 25-S una camiseta en la que presumía del noveno escaño por Ourense. 135 votos le han dado el último diputado, y el PSdeG tiene cierta esperanza en poder arrebatárselo con el recuento del voto emigrante, el que no tendrá lugar hasta el 3 de octubre. Si los socialistas sumarán un nuevo escaño, desempatarían a nivel autonómico con En Marea y dejarían en breve sueño del sorpasso del nuevo partido. Sin embargo, lo tienen difícil en el PSdeG para restar un diputado al PP necesitan obtener la tercera parte de los sufragios del exterior que los populares obtengan en la provincia más los 135 votos.

Un total de 3.955 ourensanos que viven fuera han solicitado votar, de un total de 98.932 persoas censadas en el extrenajero, pero no todas quizas finalmente hayan ejercido su derecho al voto.