Una de las sorpresas del 25S se produjo en la capital gallega, que gobierna desde junio de 2015 Martiño Noriega, uno de los rostros más visibles y autorizados de En Marea. Pese al cambio histórico que supuso su entrada en el Pazo de Raxoi, apenas un año y tres meses después su tirón parece haberse desinflado y Santiago de Compostela es la única ciudad gallega en la que En Marea no es capaz de mejorar los resultados de AGE hace cuatro años. La nueva coalición con Luis Villares a la cabeza obtiene el respaldo del 20,75% del electorado frente al 21,81% de 2012 pese a la suma de Podemos a última hora.

El PP, que ya en las generales de junio había iniciado su recuperación, se afianza como primera fuerza y abre una brecha de más de 26 puntos con En Marea en las autonómicas. La formación conservadora aumenta su respaldo del 43,3 al 46,5% del electorado con 24.103 sufragios frente a los 10.845 de la coalición. Santiago es la urbe donde se registra mayor participación, un 67,35%, 3,6 puntos superior a la media gallega.

Los socialistas se mantienen en la misma posición con un 16,48% de los apoyos y 8.602 votos, curiosamente por debajo del 20,23% de las papeletas que recibieron en las generales del pasado junio. Con respecto a las elecciones autonómicas de 2009, pierden la mitad de los votos y caen un 11,83%. Santiago es la ciudad en la que el PSdeG obtiene peores resultados.

Por el contrario, salvando la ciudad de Pontevedra, donde gobiernan, Compostela es la urbe en la que el BNG mejor salva los muebles al quedarse en cuarta posición pero subiendo. Pasa del 8,48% de 2012 al 9,67% de los sufragios.