La holgadísima mayoría absoluta de los populares para esta inmediata décima legislatura que se abre en la Galicia autonómica nace de un avance generalizado del proyecto liderado por Alberto Núñez Feijóo en todo el territorio. No hay ninguna circunscripción en la que el PPdeG no mejore sus resultados en comparación con las autonómicas de hace cuatro años. De ahí que incluso mejore la enorme ventaja que mantenía con el resto de fuerzas. A 42 escaños. Uno más. Muy cerca del récord histórico que Manuel Fraga amasó el 17 de octubre de 1993, con más del 52% de los votos y 43 representantes en el Parlamento, a pesar de la tendencia a la fragmentación política que vive el país desde diciembre. El partido roza esta vez el 48% de las papeletas depositadas ayer en la comunidad, que son dos puntos más que en 2012. Pero ni ese incremento ni el porcentaje de respaldos es igual entre las cuatro provincias. A los populares se les atraganta Pontevedra, donde mantienen los 11 escaños que ya recolectaron en los anteriores comicios y en los de 2009, porque también se quedan en un nivel muy parecido de votos. Todo lo contrario que el resto de partidos, entre los que sí existe una diferencia notable en el reparto del poder. En Marea sube con fuerza hasta la segunda posición, a costa de un muy mermado PSdeG, que tenía en la provincia un habitual aliado en sus citas electorales. Las encuestas en la carrera del 25-S apuntaban la posibilidad de que la entrada de Ciudadanos en O Hórreo se fraguase en Pontevedra y fue, de hecho, la provincia en la que logró mejores números -muy cerca del 4%-, aunque todavía lejos del 5% mínimo que permite entrar en el reparto de los escaños.

Ahí podría estar también otra de las claves de por qué el PP registró en Pontevedra el menor de los ascensos en las cuatro circunscripciones de Galicia la pasada noche electoral. Que la formación naranja le restó más votos que en otras provincias. En total, los populares superaron los 206.500 votos, el 43,3% del total. En 2012 fueron cerca de 210.000, representativos del 42,8%. El alza es, por lo tanto, de medio punto, frente a los casi dos de subida en el conjunto de la comunidad.

Pontevedra es tradicionalmente una plaza que se mira con lupa para los populares. Porque el candidato a la presidencia se presenta como cabeza de lista por la provincia. Porque las dos principales urbes, incluida Vigo, la de mayor población de Galicia, están gobernadas por BNG y PSOE, respectivamente. Ambas formaciones, además, despojaron al PPdeG del sillón de la Diputación, eterno bastión de los populares gallegos. Los mejores resultados de Feijóo en Pontevedra no son los de ayer. Fueron los de 2009, con más de 265.000 votos, prácticamente el 47%.

Basta con revisar los resultados de la comarca de Vigo, que suma alrededor del 45% de los residentes en Pontevedra, para entender la menor fortaleza de los populares en la provincia: 37% de los votos. O, lo que es lo mismo, diez puntos menos de lo conseguido por el partido en toda Galicia. Probablemente esta distancia responda a las no pocas polémicas que el presidente de la Xunta acumuló en la ciudad olívica en buena parte de la pasada legislatura, con la gestión sanitaria y el caos del nuevo hospital, el Álvaro Cunqueiro, como ejemplo más representativo. Esta era la primera ocasión en la que los vecinos del área de Vigo tenían la posibilidad de reaccionar en las urnas ante el que fue, sin duda, el gran quebradero de cabeza del PP en el sur de la comunidad.

En Marea afianza Pontevedra como su gran granero de votos. Es la provincia donde obtiene su mejor resultado. El 22% del total. Por encima de los 105.000. Un ascenso de más de 35.000 en relación a 2012. Le ocurre un poco lo mismo que al PP con la comarca de Vigo, pero en el sentido contrario. La ciudad y sus concellos anexos le otorgaron el 26% de los respaldos. En el conjunto de la provincia, en las anteriores elecciones autonómicas, bajo las siglas de AGE (Alternativa Galega de Esquerdas) -y, por lo tanto, sin la unión con Podemos con el que concurría ahora-, fueron 70.600 votos, el 14,42%. Tres escaños. Ahora son 5, con casi ocho puntos a mayores. En Marea saca un diputado más que el PSdeG, para el que Pontevedra dejó uno de los peores momentos para la formación en la precampaña. El enfado de los responsables provinciales y de Abel Caballero, alcalde vigués, por los cambios de la dirección gallega en las listas. Del 20,8%, los socialistas en Pontevedra caen al 18,3%. Pierden unos 13.000 votos y un diputado por la circunscripción. Se quedan con 4.

El BNG sufre parte también de lo que araña En Marea. Los de Ana Pontón tuvieron más de 58.000 votos en octubre de 2012, el 11,9%. Ayer lograron el 9%, unos 42.500. Los tres escaños conseguidos entonces bajan a dos.

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