Los números más abultados para la victoria arrolladora de los populares vienen, otra vez, del interior. De las provincias con mayor porcentaje de población envejecida y mayor tendencia también al voto conservador. En ambas, el Partido Popular logró muy por encima del 50% de los respaldos, lo que deja un resultado histórico para la formación en sus dos tradicionales graneros.

El incremento en Ourense es más que evidente. Los de Feijóo consiguieron en 2012 el 49,2% de las papeletas. Ligeramente por encima de las 90.000. Ayer, los votos aumentaron hasta los 92.100, el 53,1% del total. Cuatro puntos más que le permiten a Feijóo subir un diputado más, de 8 a 9, y elevar la mayoría absoluta en Galicia hasta los 42. Un escaño más -muy reñido, y que el PP aguantaba al cierre de esta edición- de los defendidos durante esta pasada legislatura. El PPdeG se volcó especialmente en esta circunscripción, consciente de ese diputado que podría añadir. Queda ya para la historia de esta campaña el paso del jefe del Ejecutivo autonómico a su localidad natal, Os Peares; y los numerosos actos protagonizados por Mariano Rajoy con el presidente de la Diputación ourensana, Manuel Baltar, que se convirtió en arma arrojadiza de la campaña desde la celebración del debate de la CRTVG por las críticas de la oposición ante su imputación por prevaricación y cohecho.

De él hizo Ciudadanos la principal promesa para conseguir colarse como llave de gobierno: que en caso de que la formación liderada por Albert Rivera obtuviera los representantes que los populares necesitaran para formar una mayoría, su principal reivindicación sería que Baltar fuera apartado. En eso insistieron hasta el último día. Pero a la vista de los números, ni la advertencia de Ciudadanos ni las acusaciones de la oposición, sirvieron para que la situación pasara factura al PPdeG en la provincia.

Destacable el descenso que soportan los socialistas. De cuatro a dos diputados. Sigue la caída libre del partido en la provincia. En 2012, el PSdeG consiguió en Ourense 43.300 votos. El 23,7%. En esta nueva cita con las urnas se quedan con 30.600, el 17,6%. Seis puntos de diferencia. Eso sí. Los socialistas aguantan aquí como la segunda fuerza, por encima de En Marea, que se hizo con cerca de 24.000 votos, el 13,8%. Hace cuatro años, AGE logró 14.200 (7,78%). El BNG, al que muchas encuestas electorales dejaban fuera del reparto por la provincia, resiste con el 6% -dos puntos y medio menos- y 10.400 votos. Ciudadanos en Ourense ni siquiera merodeó el 5% para participar en el reparto. Un 2,76%. De hecho, Democracia Ourensana, la cuarta fuerza del concello de Ourense, sacó mucho más: el 4,4%.

Muy cerca del 53% se quedaron los populares también en la circunscripción luguesa. En el 52,85% de los votos. Fueron 96.700, lo que supone una bajada de más de 1.000, aunque en porcentaje el partido crece en algo más de un punto. Lugo cedió un escaño de la liza a A Coruña. Y el PP fue el damnificado. De 9 pasa a 8.

Al igual que el PSdeG. De cuatro a tres, con cerca de cuatro puntos de descenso respecto a 2012, hasta los 34.800 (19%). Aunque, como en Ourense, manteniendo la segunda posición entre las fuerzas con representación parlamentaria. En Marea ganó un escaño más frente al representante de AGE estos cuatro años. Del 10,3% al 15,37% de las papeletas. Más de 28.000. El Bloque se deja menos de un punto, hasta el 7,4% (13.500 votos); mientras que Ciudadanos vuelve a repetir un resultado anecdótico (2,77%).