La marca Feijóo vende, más que unas siglas. Toda la campaña del PPdeG ha girado en torno a su candidato. Y por eso la consigna a los gallegos, no es que voten a un partido u a otro, sino que elijan con su papeleta al futuro presidente de la Xunta y que lo hagan directamente "sin intermediarios". "Porque lo contrario es una tómbola y puede salir una carambola", alertó Alberto Núñez Feijóo ayer en A Coruña donde, según los organizadores, reunieron a 4.500 personas. Horas antes había participado en otros dos mítines con la presidenta del Congreso, Ana Pastor, en Poio y Redondela. A este último también acudió el líder provincial del partido y vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda. El cierre de campaña será hoy en Vigo, donde estará acompañado del líder de su partido, Mariano Rajoy.

El candidato popular busca apoyos para ser presidente y lo hace en nombre propio, consciente de que puede haber votantes de otros partidos, socialistas y de Ciudadanos, que no votarían al PP pero sí a Alberto Núñez Feijóo. "Yo no soy una incógnita, no soy un producto de laboratorio político. No soy un candidato de manual", soltó jugando la baza de que, según los encuestas.html' target='_blank'>sondeos, el grado de conocimiento que la ciudadanía tiene de sus rivales políticos es bastante bajo y además se desconoce quién ostentaría la Presidencia de la Xunta en una posible coalición multipartita. "Yo soy Feijóo para lo bueno y para lo malo", añadió.

El candidato del PPdeG arremetió contra los pactos para que no gobierne el más votado. "La democracia no es el gobierno de los que pierden, sino de los que ganan", advirtió.

En A Coruña, una de las urbes donde el PP perdió la alcaldía en las elecciones municipales a manos de las mareas, Feijóo criticó la gestión del nuevo alcalde e ironizó sobre las "asambleas y círculos que ahora están tan de moda". "Pues yo también quiero hacer una asamblea, de un millón y medio de gallegos, que vayan a las urnas el domingo y voten directamente al presidente para que después no lo decida el Parlamento".

Feijóo advirtió que "a veces parece que se va a ganar y no se gana". Y aprovechando que estaba en A Coruña y el Deportivo estaba jugando un partido en esos mismos momentos con el Leganés, recordó como este equipo perdió en 1994 la Liga al fallar un penalti. "Nosotros vamos a tirar un penalti el domingo. Y lo van a tirar todos los gallegos", advirtió. Por eso instó a pelear voto a voto. Y animó a los suyos a usar el boca a boca para sumar los votos necesarios para obtener la mayoría absoluta. "Os pido que habléis con la gente que conozcáis, con los vecinos, y que le preguntéis que prefieren, si es mejor la moderación o la crispación y el sectarismo".

Pero además Feijóo se reivindicó como un candidato sin el corsé de deberse a los intereses nacionales de su partido. "A mí no me pondrán una moneda en la espalda para que diga lo que ellos quieran que diga. Galicia no se va a callar, va a tener voz y criterio en todos los foros", proclamó.

Cataluña

En un mitin, en el que de nuevo mezcló gallego y castellano, se erigió en garantía de que no habrá referéndums de autodeterminación en Galicia. En una entrevista a la Cadena Ser se refirió al proceso independentista de Cataluña y aseguró que "no se puede negociar con la pistola del separatismo en la mano". Tras estas palabras el portavoz del grupo catalán en el Congreso, Francesc Homs, le exigió una rectificación. El exconseller exigió no criminalizar a los independentistas, porque siempre destacaron por su pacifismo y democracia: "No vale todo, señor Feijóo. Si eres capaz de relacionarte con gente muy rara, tú sabrás", pero intentar mezclar el independentismo catalán con las pistolas es más que desgraciado", añadió.