La resaca de la doble recesión duele demasiado como para que el cambio de ciclo en la economía sea suficiente para sanar todas las heridas que dejó a su paso. Por eso la confianza del consumidor en Galicia sigue en negativo. En una escala que va de -100, el mayor nivel de pesimismo, a 100, para la percepción más positiva, el índice se situó al cierre del segundo trimestre de este 2016 en el -16,37, el peor dato en año y medio, según la última actualización del Instituto Galego de Estatística (IGE). La visión de los Ciudadanos sobre la economía regional y la esperanza en su evolución no es mucho mejor. El -13,17. Esta sensación encaja como un guante en la valoración que el electorado hace de la situación económica de Galicia en la encuesta de Einvenio para FARO DE VIGO con motivo de las autonómicas del próximo día 25. Solo el 16,7% de los participantes considera que es buena. Un tercio manifiesta todo lo contrario. Que es mala o muy mala. Se nota, sin embargo, que el panorama es muy diferente a lo que la región vivía en 2012, cuando el Producto Interior Bruto (PIB) intentaba sobrevivir al segundo pinchazo consecutivo, con un desplome en aquel momento del 3,1%. En el sondeo previo a los anteriores comicios para la Xunta, la impresión de que la economía gallega estaba mal alcanzaba al 54,7% de los Ciudadanos, mientras que los que pensaban que era buena englobaba a apenas un 7%.
La idea de que la economía gallega está en un muy buen momento es anecdótica. Únicamente lo afirma el 1% de los gallegos. Para otro 16% es buena. El 48% asegura que es regular. Son 10 puntos por encima que hace cuatro años, cuando el 38% de los residentes en la comunidad se situaban en esta posición intermedia. Algo más de una cuarta parte de la población la ve mal y un 7% muy mal. En este último caso, en 2012 representaban el 17,9%.
La visión más negativa acerca del momento que atraviesa en la actualidad la economía gallega podría asimilarse con ese 9% de las familias que, como recoge la Encuesta de Condiciones de Vida de las Familias del IGE, llega con mucha dificultad a fin de mes. Al cierre del tercer trimestre de 2012, en las puertas de los comicios autonómicos pasados, el porcentaje rondaba el 13%. La radiografía sobre los apuros de los presupuestos domésticos sigue manteniendo una mayoría clara de los que sudan para acabar el mes (46,1%) frente a los que lo hacen con facilidad (44,3%).
La impresión de que la economía gallega no acaba de arrancar alcanza en Pontevedra al 38% del electorado. El 16% de los residentes en la provincia cree que funciona o funciona bien. Mientras que la proporción de población que la mira de forma positiva es parecida en el conjunto de Galicia, sí existen ciertas diferencias entre los que sostienen que va mal. Tras Pontevedra, el territorio más crítico es A Coruña, con un 33% de Ciudadanos que señala un mal comportamiento de la economía regional; el 31% en Ourense; y un 28% en Lugo, donde cinco de cada diez la tilda de regular.
La visión negativa es elocuente entre los 35 y los 64 años, una franja de edad en la que llega a superar el 37%. En los extremos, los más jóvenes y los mayores, los porcentajes bajan al 27% y el 30%, respectivamente.
A medida que aumenta el tamaño de la localidad, se elevan también las peores sensaciones respecto a la economía. En los concellos pequeños la ve mal el 29%. En los de más de 100.000 habitantes, el 42%.
Con la actividad creciendo en estos momentos al 3%, son todavía más los Ciudadanos que se decantan por un empeoramiento de la economía de Galicia en comparación con hace 3 o 4 años. El 39%, según la encuesta de Einvenio. El 32% dice que mejoró y el 26% que es una situación parecida.
¿Y respecto al resto de España? El 24% asegura que está mejor la gallega. Cuatro de cada diez, que la situación es "igual o parecida". El 30%, peor. Entre los votantes del PPdeG para la jornada del 25-S, el convencimiento de que la comunidad está en mejores condiciones sube hasta el 43,6%. Para el 42,8% de los Ciudadanos que tienen decidido votar al PSdeG está peor. El 47% entre los de En Marea coinciden con el diagnóstico complicado. La posición predominante en los electores cercanos al Bloque y a Ciudadanos es la de que las dos economías están en condiciones similares.
Bajada de seis puntos en los que están en una mala situación, hasta el 15%
- Una cosa es preguntar al ciudadano por la óptica general, su sensación sobre el conjunto de la economía gallega y su evolución estos años, y otra lo que tiene que ver con sus respectivas situaciones personales. Aunque a alguien le vaya bien puede comprobar que no el resto de la población está en las mismas condiciones. De ahí la aparente paradoja que puede darse entre la valoración a la economía gallega en estos momentos y cómo le repercute a cada uno. Mientras que los que mantienen que el panorama de la región es malo ascienden al 27%, los que dicen que su situación personal es así suponen solo el 11%. Los que creen que la economía gallega va bien son el 16%, pero realmente la ve así en su día a día el 33%. La situación personal es muy buena para el 2% y muy mala para el 4%. La mitad de los Ciudadanos apunta que está regular, según la encuesta electoral de Einvenio para FARO DE VIGO. Los peores datos están en Pontevedra, con un 18% de electores en mala situación; frente a Ourense, con cerca del 42% que señala que está bien.Hace cuatro años revelaba estar muy mal el 4,5% y mal el 17%. La situación personal era muy buena para el 1,1% y buena para el 25%.Evidentemente, una de las principales influencias en las condiciones de vida de cada uno es la relación con el mercado laboral. El 37% de los gallegos que están trabajando dicen que su situación es buena. El 26% asegura que es mala. Entre los parados, las cosas cambian: casi el 37% lo pasa mal, aunque hay un 16% que dice que aguanta. El 37% de los jubilados se mete en el grupo de los que apuntan que están bien. En aquellos que se identifican con la clase baja, el 56% contesta que su situación es regular y mal un 22%. Algo que se da también, lo de pasar por una situación que no es buena, en el 5% de los gallegos que se colocan en un status alto en su economía personal.
