La renovación del Parlamento autonómico y la designación inmediatamente después del nuevo presidente de Galicia llegan, al igual que ocurrió con las generales de diciembre y la repetición de junio, con un giro claro de las grandes cifras de la economía tras la doble recesión, aunque con tasas altísimas todavía de desempleo y una recuperación que no se nota en todos por igual. Es cierto que la comunidad siempre mantuvo sus niveles de paro por debajo de la media estatal. En parte por el envejecimiento, que provoca que el peso de la población activa sea menor, y que está detrás también de que aquí el crecimiento de las desigualdades sociales fuera más contenido por el apoyo de las pensiones en los hogares que se quedaron sin ingresos. Pero la crisis fue igual de dura que en el resto del país. En octubre de 2012, cuando se celebraron las anteriores autonómicas, el Producto Interior Bruto (PIB) caía a un ritmo de más del 3% y había, según la EPA, 263.000 personas sin trabajo en la comunidad. La mayoría de electores tachaban por entonces de negativa la labor del Ejecutivo gallego. Cuatro años después, el número de desempleados cae a los 222.900 y la economía avanza al 3%. La opinión general de los Ciudadanos cambia. Ahora el 49% ve positivo el trabajo que se está realizando en San Caetano, como refleja la encuesta realizada por Einvenio para FARO DE VIGO con motivo del 25-S.
Entre ese grupo mayoritario de casi la mitad de electores que aprueban la gestión de la Xunta, no todos tienen la misma visión. Únicamente un 4% la considera muy positiva. El 17% sostiene que está siendo buena, sin más, y otro 28% le pone "peros". Creen que necesita mejorar en función de lo hecho en la última legislatura. Para un 18% de la sociedad gallega se trata de un trabajo negativo, pese a que acumule "aciertos", mientras que el 13% la tilda de negativa y un 9% de muy negativa. El 8% se queda a medio camino. Ni una cosa ni la otra.
Las valoración a la trayectoria de Feijóo y su equipo en San Caetano se ha dado la vuelta al cierre de la actual legislatura. En 2012, la opinión de "muy negativa" superaba el 11%, dos puntos más. Cerca de un 15% la veían "bastante negativa" y un 22% negativa "con algún acierto". La mitad que ahora decían que era "bastante positivo". Lo que no evitó, sin embargo, que los populares pegaran un subidón de representación en O Hórreo hasta los 41 diputados y una mayoría absoluta muy holgada.
La percepción se mantiene muy igualada en el caso de Pontevedra. Un 45,7% de los encuestados por Einvenio para FARO DE VIGO hace, con los diferentes matices entre ellos, un balance positivo. Un 44,7, no. En la otra cara de la moneda está A Coruña, donde el 53% de los Ciudadanos se decanta por una gestión positiva y un 36% la rechaza. En Lugo aprueban la labor de la Xunta el 51% y un 41% mantiene no fue buena; y el 47% y el 41%, respectivamente, en la provincia de Ourense.
El aprobado general viene, especialmente, de las edades más elevadas. Así, el 61,3% de los mayores de 65 años cree que la Xunta lo hizo bien estos cuatro años. Sin embargo, la visión negativa de la legislatura en la Xunta predomina en los de 18 a 24 y los de 35 a 44 e, incluso, roza el 75% en los que van de los 25 a los 34 años. La tendencia se mimetiza con los perfiles profesionales. Estudiantes, parados y trabajadores suspenden al Ejecutivo autonómico -estos últimos, los ocupados con visión negativa, representan cerca del 46%-, frente a los jubilados, donde el 58% aplaude la labor de los populares. Lo negativo gana en las localidades de más de 100.000 habitantes (49,2%) y la opinión positiva manda, alrededor del 54%, en las que no superan los 10.000 vecinos. Solo el 6,4% de los encuestados que decidieron ya votar al PPdeG el día 25 tumba la gestión de la Xunta desde 2012. La postura crítica crece al 58% entre los que darán su confianza al PSdeG; el 80,6% en los de En Marea; y un 68% en los simpatizantes del Bloque. Los seguidores de Ciudadanos lanzan un aprobado raspado: 46%.
A pesar de que la economía regional comparte muchos de sus males con el conjunto del Estado, en el electorado ha calado la idea de que en Galicia las cosas se han hecho de otra manera. Porque la opinión más extendida entre los Ciudadanos llamados a las urnas la próxima semana es que el Gobierno central no ha llevado a cabo un buen trabajo. El 59% lo piensa. Únicamente un tercio lo ve positivo. De nuevo Pontevedra se coloca como la provincia más enfadada con la gestión desde Moncloa. La censura el 60%.
La simpatía política no deja los mismos resultados que a la hora de puntuar a la Xunta. El descontento con el Gobierno central entre los votantes populares en Galicia aumenta al 21%. La visión negativa en el PSdeG llega al 85%; al 96% en los cercanos a En Marea; y un 89% en los del Bloque. Un 67,1% de los futuros votantes de Ciudadanos se une a las críticas al Ejecutivo del Estado. Los reproches son intensos en el colectivo de parados, donde el desagrado con la labor tutelada por Mariano Rajoy alcanza el 67%. Lo negativo es mayoritario también en los jubilados. El porcentaje de respaldo se queda en el 43%.
