Rebatió en varias ocasiones los datos sobre Economía y Empleo de su rival, Núñez Feijóo, enseñó cartulinas con datos económicos, aplicando el nuevo lenguaje de los debates televisivos, así como fotos de infraestructuras sin utilizar y hasta un golpe bajo con una ayuda para una persona dependiente de hace 10 años, ya fallecida.

El candidato socialista afrontaba este debate bajo la presión de las encuestas, que plantean dudas entre un segundo y untercer puesto para PSdeG y En Marea. En el debate de ayer le favoreció la experiencia, con más soltura ante las cámaras, ideas reflexionadas (sin leer) y enfrentamientos dialécticos directos con Núñez Feijóo, con dardos en ambas direcciones. Pasó con los libros de texto, cuando Leiceaga se enzarzó con Feijóo para defender a las familias que lo pasan mal; también le sugirió usar los datos de la EPA para evitar bailes de cifras y le reprochó la privatización del hospital de Vigo o la desaparición de las cajas. "Vendieron una auditoría que aseguraba que las cajas eran solventes y viables y eso nunca salió", apuntó Leiceaga, que aseguró ser candidato porque lo votaron más de 7.000 personas: "me comprometo a no estar de presidente más de 8 años, usted, Feijóo, de momento lo va a incumplir porque es candidato de nuevo", espetó al presidente.

Leiceaga reclamó su espacio (cuando se introdujo el tema de los pactos, por ejemplo) y no empatizó con Villares, al que vio "nervioso", apuntó. No buscó enfrentamientos directos con la mirada excepto en los momentos más tensos con el candidato del PPdeG. Además de los fuegos cruzados, buscó espacios para lanzar sus propuestas de Educación y Sanidad.