Si el mitin en la plaza de toros de Pontevedra pretendía ser una demostración de fuerza al arranque de la campaña electoral, el PP logró sacar todo su músculo. Doce mil personas abarrotaron las gradas y la arena de este recinto emblemático para los populares y otras dos mil se quedaron a las puertas. El candidato a la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, contó con un valedor de peso. El presidente del PP, Mariano Rajoy, salió a escenario para animar al aparato del partido a dar el arreón hasta la tercera mayoría absoluta de los populares en Galicia. Y para eso se deshizo en elogios del cabeza de cartel, pero también advirtió que la alternativa a Feijóo es "una colección de partidos y plataformas" que puede llevar a Galicia "al radicalismo, el extremismo y la inestabilidad".

"Tenemos un candidato y un proyecto moderado. Y enfrente solo hay radicalismo e incertidumbre. La alternativa es la suma de la nada", advirtió el líder del PP.

Y, por esta razón, apeló a alcaldes, concejales, presidentes locales y militantes a trabajar para que en Galicia no se repita la situación de bloqueo político que vive España. Y ahí es donde Rajoy fue claro al señalar al responsable: "Sé que el PP ganó las elecciones, que sacó 52 escaños más que el PSOE, sé que España necesita un gobierno en plenitud de funciones y que la culpa es de Pedro Sánchez", sentenció, en un momento en el que el secretario general de los socialistas ya ha dejado clara su intención de negociar con Ciudadanos y Podemos una alternativa al Gobierno del PP. Rajoy arremetió después una segunda vez contra el líder del PSOE al asegurar que su "obstruccionismo" podría hacer perder a España "algo más que tiempo".

En todo caso, en esta ocasión la política nacional pasó a un segundo plano y Feijóo se convirtió en el total protagonista del mitin. Su cara en todos los carteles, en todos los vídeos, su nombre en todas las pancartas y sus virtudes en todos los discursos. Rajoy aseguró sentirse "orgulloso" y lo erigió "en un candidato de primer orden en la vida política española y en la gallega". Y es que el actual presidente de la Xunta es uno de los activos más importantes del partido en tanto que gobierna con la única mayoría absoluta que hay ahora en España y parte como ventaja en las encuestas de cara al 25-S.

El primer test para medir el tirón de los populares lo pasaron con éxito al conseguir lleno total en la Plaza de Toros de Pontevedra. "El alcalde de Pontevedra que nos vaya haciendo una más grande que se nos queda pequeña", proclamó el presidente provincial de Pontevedra, Alfonso Rueda. Es un recinto talismán para el PPdeG después de que en 2009 se plantearan como reto completar el aforo en el inicio de la campaña. Lo consiguieron y ganaron las elecciones. En 2012 repitieron el ritual y revalidaron su segunda mayoría absoluta. "Esta plaza es nuestro emblema y vamos a ganar como lo hicimos en las dos ocasiones anteriores", proclamó Rajóy.

El presidente del PP agradeció a Feijóo que superara sus "dudas" iniciales y decidiera finalmente presentarse una tercera vez a las elecciones autonómicas. "En tiempos de dificultad, los que se tienen que quedar son los buenos, que se vayan los malos", razonó. "Has tomado la mejor decisión para Galicia, para España, el PP y para tí".

Y, en su opinión, lo mejor que le puede pasar a Galicia es que el PP gane las elecciones y para ello sacó el argumentario. "Uno, tenemos el aval de la gestión, dos, tenemos proyecto de futuro y tres, el mejor candidato, por no decir el único", declaró. A lo que después tuvo que añadir, apuntado por un militante que blandía una pancarta en el medio de la arena de la Plaza de Toros: "es verdad, y es también, Feijóo además de bueno es honesto".

Pero sobre todo Rajoy puso el foco sobre la gestión económica "seria y solvente" de Feijóo. "Aquí en Galicia hay un crecimiento económico robusto, baja el paro, vienen más turistas, hay menos déficit y no se gasta lo que no hay", resumió el presidente del PP.

Y continuó con su lista de elogios hacia Feijóo: "actúa con sentido común, huye de las ocurrencias, de la falta de seriedad". Y ante este "candidato inmejorable", el líder del PP dibujó una oposición que es como "un sola sin licencia de edificación porque solo quieren destruir". "Ya tuvimos suficiente con un bipartito y ahora serían cinco partidos", se alarmó.