El panorama de fragmentación política que han deparado las elecciones generales del 20D complica la formación de Gobierno e incluso la posibilidad de pactos de gobernabilidad o de legislatura.

El PP ya ha asegurado su intención de formar un Ejecutivo estable para evitar una situación de "parálisis" y su voluntad de negociar con Ciudadanos o PSOE. La formación de Albert Rivera ha adelantado su idea de abstenerse para permitir un Gobierno del PP en minoría, pero los socialistas han expresado que votarán en contra.

Las diferencias que separan a ambos partidos en España hacen inviable una acuerdo de gran coalición al estilo alemán y muy complicada cualquier opción que facilite al menos la abstención de los socialistas para la investidura de Mariano Rajoy.

En esta situación, ¿sobre qué ejes podrían negociar PP y PSOE?

Reforma constitucional

El PSOE es partidario de reformar la Constitución, y así lo ha venido reclamando desde antes del comienzo de la campaña electoral, aunque no ha aclarado los términos exactos en los que pretende impulsar esos cambios. El PP ya reconoció antes de las elecciones que está dispuesto a hablar de esa cuestión, lo que abre una vía de negociación, que podría girar en torno a la definición de la estructura territorial. La posición respecto a Cataluña, con ambos partidos unidos en torno a la defensa de la soberanía nacional, podría discutirse en torno a este último punto.

Otra de las opciones de acuerdo es el de matizar el artículo 135, objeto de la reforma acordada en 2011 por José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba para llevar a la Carta Magna el concepto de estabilidad presupuestaria. E igualmente podría discutirse alguna forma para blindar un mínimo en políticas sociales.

Presidencias del Congreso y el Senado

Una de las previsibles cartas de la posible negociación incluiría las presidencias del Congreso y el Senado. Estas figuras pueden acabar entrando en un contexto de concesiones de ambas partes, aunque difícilmente resultarán claves para un acuerdo que permita investir a Mariano Rajoy o un candidato alternativo.

Reforma laboral

La derogación de la reforma laboral, excepto en lo que respecta a la indemnización por despido, ha sido una de las banderas del PSOE durante la campaña electoral y una de sus previsibles líneas rojas en una hipotética negociación. En este campo, la mejora de la situación económica y una eventual relajación de las exigencias de la Unión Europea podría empujar al PP a flexibilizar ciertas medidas.

Educación

La oposición frontal del PSOE a la Lomce, conocida como ley Wert, supone otro de los grandes escollos de una negociación. Los socialistas consideran que ha introducido la desigualdad, junto con la reducción de las becas. En este campo, pues, el PP podría verse obligado a dar marcha atrás en algunas cuestiones.

Reforma del Código Penal y ley de Seguridad Ciudadana

La reforma del Código Penal, especialmente por la figura de la prisión permanente revisable, y la ley de Seguridad Ciudadana constituyen otros dos de los puntos obre los que el PSOE no parece dispuesto a ceder. Un acuerdo entre ambos partidos debería abordar por lo tanto también estas dos cuestiones.

Política fiscal

PP y PSOE también chocan en sus propuestas sobre política fiscal. Los socialistas pretenden subir el impuesto de Sociedades, mientras el PP prevé una bajada en el IRPF. Ambos contemplan respetar los objetivos de déficit impuestos por la UE y podrían encontrarse en un terreno intemedio.

Acuerdos Estado - Iglesia

El PSOE ha planteado la derogación de los acuerdo con la Iglesia durante la campaña electoral, una propuesta que ahora parece de máximos y difícil de llevar adelante en un posible acuerdo con el PP.