"Ésta es una oportunidad". Los partidos más modestos realizan la campaña con la esperanza de que el 20-N abra un hueco para voces diferentes a las de PSOE, PP y nacionalistas. La reciente encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas mostraba un incremento notable de IU y UPyD, a los que pronosticaba ocho y tres diputados, respectivamente, pero en Galicia mantenía las dos actas del BNG, que junto a populares y socialistas, cerrarían las puertas a cualquier otra opción. "Pero existe una gran decepción general sobre la política y eso puede ser una oportunidad para fuerzas como nosotros", apunta Ana Alonso, número uno al Congreso de Unión Progreso y Democracia (UPyD) por Pontevedra. Su sensación es compartida por otros partidos minoritarios.

El 20-N será una cita electoral marcada por la sombra del movimiento del 15-M. Esquerda Unida-Izquierda Unida (EU-IU) saca pecho al destacar su vínculo con él y presenta las mejores perspectivas electorales desde los tiempos de Julio Anguita. A pesar de ello, no parece suficiente para lograr un escaño en Galicia. "Si lográsemos la misma proporción que tuvimos en las municipales en Vigo sería posible", asegura Rubén Pérez, número uno al Congreso por Pontevedra tras optar también a la Alcaldía de Vigo en mayo.

En su caso, apunta la superación de las tensiones internas como motivo del crecimiento de EU y a la recepción de las propuestas de los indignados. Pérez, sin embargo, reconoce un problema estructural para su formación en Galicia: el Bloque, que ya rechazó formar coalición con IU. "Ha sido una pantalla para el voto de izquierdas. En los 80 recibió mucho apoyo del Partido Comunista y lo ha mantenido, pero han tocado poder y tienen muchas contradicciones. Además deben explicar por qué con Anxo Quintana querían parecerse a CiU y qué elegirán ante la disyuntiva de clase trabajadora o Galicia", añade. "Además, somos la única fuerza de izquierdas. Si el PP hubiese gobernado, hubiese hecho la misma política que el PSOE", razona antes de reconocer que les favorece un terreno con mucho socialista desencantado.

Galicia no es un terreno fácil para quebrar la hegemonía PP-PSOE-BNG. "Estamos creciendo en apoyos, como demostramos en las municipales, pero en Galicia hay pocos escaños a repartir por cada provincia y eso nos resta opciones. En Murcia, donde se reparten 10, o en Madrid tenemos más. Además, aquí el rural pertenece a quien pertenece", argumenta José Plácido, director de campaña de UPyD en Galicia

Los partidos pequeños ponen en el ojo del huracán la ley electoral. "Si un partido grande necesita 10.000 votos para un escaño, nosotros necesitamos 60.000, así es mucho más difícil", se queja Ana Alonso, quien, aún así, ve posible lograr un escaño por Pontevedra. "El resultado será una sorpresa", desliza.

Más modestos son los objetivos de Equo, una fuerza ecologista formada por el exdirector de Greenpeace Juan López de Uralde a la que el CIS concede un escaño. Su número uno al Congreso por Ourense, Ana Belén Meije, es sincera. "Solo queremos darnos a conocer y demostrar que hay una alternativa política diferente", explica. El 15-M e internet les ha permitido llegar más fácilmente a la sociedad, pero no son la panacea. "Tenemos medios muy limitados. Mucha gente ha cogido sus vacaciones para poder trabajar en campaña", dice. ¿Resultado? "Con 1.000 votos por provincia nos conformamos. En Ourense, con tanto rural, es una odisea lograr un escaño mientras no nos conozcan", zanja.