La empresa francesa Calorigen ultima la compra de la planta de Valeo en Porriño, después de que el presidente de la empresa, Jean-Jacques Boussier, hubiera denunciado que la negociación estaba bloqueada porque el socio gallego, cuyo nombre no se desvela, que proponía la Xunta tenía intereses inmobiliarios en la operación.

El desbloqueo se produjo después de largas conversaciones entre los empresarios -Valeo, Calorigen y el socio- y de éstos con XesGalicia e Igape, dependientes de la Xunta. Valeo confirma la opción de Calorigen, aunque días atrás se produjeron algunas dudas, y el empresario francés acepta al socio gallego.

Las dudas de los últimos días, tras la denuncia de Calorigen, vienen dadas por ciertas informaciones que señalaban que la empresa francesa no tenía el nivel industrial del que había hablado, así como su solvencia económica.

Aclaradas estas incertidumbres, la negociación está muy avanzada y la compra podría cerrarse en la primera semana de enero, según fuentes de Calorigen. "Si todas las partes están de acuerdo, la estructuración de la actividad industrial podríamos iniciarla compatibilizándola con la fabricación del cableado para el vehículo Xsara Picasso de Citroën hasta que éste deje de producirse. La firma de contratos la podemos iniciar de un día para otro", añaden las mismas fuentes.

De fructificar la negociación que debe resolverse en la primera semana de enero, la francesa Calorigen tendrá la mayoría de capital en la nueva sociedad, en la que participaría un empresario gallego del sector de productos eléctricos y la Xunta, a través de XesGalicia y el Igape.

Calorigen, que se compromete a mantener la plantilla de 168 trabajadores, fabricaría radiadores y paneles solares.

La venta de la fábrica porriñesa de Valeo a Calorigen surgió después de que el grupo francés hubiera vendido todas sus plantas de cableado en España a la multinacional Leoni por 255 millones de euros. La planta de Porriño quedó al margen de la operación, pero está abocada al cierre ya que el único contrato que posee es el cableado de los coches Xsara Picasso de Citroën, para el que se prevé que deje de fabricarse a finales del próximo año.

A finales del pasado noviembre, el presidente de Calorigen denunció el bloqueo de la negociación de compra, por el interés inmobiliario del socio gallego, y el presidente Jean-Jacques Boussier, amenazó con trasladar la fabricación a Marruecos, si en el plazo de una semana no había una solución.