El 30 de octubre de 2015 el juez Horacio Francisco Robledo, del juzgado de lo Comercial número 25 de Buenos Aires, homologó la propuesta de convenio de Argenova, la filial argentina de Nueva Pescanova, que había entrado en concurso en mayo de 2013. El acuerdo preventivo -se denomina así en el argot jurídico local- establecía un plan de pagos a once años vista, con una quita del 70% para el grueso de los acreedores. Pero no le ha hecho falta consumir ese tiempo; la compañía ha solicitado al juzgado que "declare el cumplimiento del acuerdo" y "se disponga el levantamiento de todos los efectos del concurso preventivo [de acreedores]". Así consta en la documentación remitida este viernes al tribunal bonaerense y a la que ha tenido acceso FARO, con la que se pone casi punto y final -de forma anticipada- a la quiebra de la que es la subsidiaria más rentable del grupo que dirige Ignacio González. A día de hoy apenas cuenta con un saldo insoluto (no abonado) de 7.724.490,97 pesos (166.850 euros, al tipo de cambio actual). Entre los acreedores pendientes de algún ingreso figuran el Inidep (Instituto Nacional de Desarrollo Pesquero), la pesquera Moscuzza o la municipalidad de Puerto Deseado, donde la compañía tiene su base industrial tras haberse desprendido, también en 2013, de su planta de procesado en Comodoro (Chubut).

El letrado Eduardo Alfredo Saraví ha remitido al juez los escritos de conformidad de la inmensa mayoría de los acreedores. "Dada la evolución del estado patrimonial en el que se encuentra mi representada [...] ha llegado a un acuerdo con prácticamente todos sus acreedores para cancelar anticipadamente los créditos novados, de tal manera que pueda dictar la resolución de cumplimiento del acuerdo preventivo". Cuando el magistrado lo dé por válido cesarán las facultades que ahora están en manos del administrador concursal (o síndico) y, por ejemplo, no tendrá que pedir permiso para desprenderse de algún activo, como sí tuvo que hacer el pasado octubre con la venta de los derechos de pesca del Argenova XII (construido en 1972 en un astillero japonés). En esencia, implica la recuperación de su plena autonomía de gestión, sin tener que remitir informes de control mensuales. Según la ley 24.522 de la legislación argentina, Argenova "no podrá presentar una nueva petición de concurso preventivo hasta después de transcurrido el plazo de un año contado a partir de la fecha de la declaración judicial de cumplimiento del acuerdo preventivo".

Ratificación

Entre los acreedores que han emitido por escrito su conformidad está Banco Sabadell, que aceptó la propuesta 1 de su categoría, reservada a "los acreedores que evalúen conveniente mantenerse vinculados con el devenir de la actividad de la concursada a largo plazo". La entidad cuenta con más del 24% del capital social de Nueva Pescanova, y se ha mantenido, desde el colapso de la pesquera, como una de las entidades de referencia. Bancos que, por cierto, desbloquearon financiación en 2013 para permitir que los 14 buques con los que operaba -y opera- en Argentina pudiesen salir a faenar. La subsidiaria tampoco tiene ya saldos pendientes con Banque Internationale de Commerce (BIC-BRED), Deutsche Bank, Banco Itaú ni UBI Banca. AkzoNobel (multinacional de pinturas), Costanera (terminal de contenedores) o Murchison (estiba) también han cobrado de forma anticipada toda la deuda.

En el último ejercicio del que se disponen datos contables (2017), Argenova aportó un resultado neto de 13,6 millones de euros al grupo y es fundamental para el Ebitda consolidado, que en el mismo ejercicio ascendió a 80 millones de euros.