El Ministerio de Hacienda dará una nueva vuelta de tuerca a la fiscalidad de los trabajadores autónomos. El departamento que encabeza Cristóbal Montoro endurecerá los requisitos de acceso a la tributación por módulos, a la que se acogen cada año más de 20.000 profesionales gallegos. La intención del ministerio es elevar la recaudación por impuestos procedentes de estos negocios sin tener la necesidad de anunciar una poco popular alza fiscal.

Para ello, tal y como ya recoge en su página web, Hacienda rebajará el máximo de ingresos para acogerse a la tributación por módulos desde los 250.000 euros hasta los 150.000. Una nueva vuelta de tuerca que provocará que buena parte de los autónomos que actualmente tributan bajo este sistema -también conocido como de estimación objetiva- se verán obligados a hacerlo bajo el de estimación directa, que implica más cargas administrativas y de gestoría y, por lo general, unos impuestos más elevados.

Aquellos fontaneros, carpinteros o propietarios de comercios cuyos ingresos superen la barrera de los 150.000 euros en 2018 se verán apeados de tributar por el sistema de módulos no solo en 2019, sino también en 2020 y 2021. La única excepción que recoge el proyecto del Ministerio de Hacienda es para los trabajadores autónomos que desempeñen actividades relacionadas con el sector agrícola, ganadero o forestal, para los que se mantendrá el límite en los 250.000 euros al menos un año más. "Es algo que no beneficia en absoluto", lamenta el presidente de la Federación Galega de Comercio, José María Seijas, que argumenta que la medida supondrá un gasto extra para buena parte de los autónomos gallegos del sector. "Implicará más burocracia y muchos comercios se van a ver obligados o a contratar a un contable o recurrir a una gestoría".

El endurecimiento de la normativa por parte de Hacienda amenaza con adelgazar la cifra de gallegos que se acogen a la tributación por módulos por debajo de las 23.655 personas en las que se situaba a cierre del año 2015, los últimos datos divulgados por la Agencia Tributaria. Aquellos que no cumplan con estos requisitos de ingresos se verán obligados a tributar por estimación directa -que implica más trabas administrativas y grava el beneficio real- en lugar del sistema de módulos, en el que la cuota a pagar a Hacienda se determina en función de parámetros como la superficie del establecimiento comercial, la carga del vehículo o el número de asalariados a cargo.

Los transportistas, que cuentan con un umbral aún más estrecho, tampoco sortearán la reforma de Hacienda. Y es que el cerco se estrechará aún más sobre aquellos autónomos que obtengan más de la mitad de sus ingresos de una única empresa, como es el caso, fundamentalmente, de este colectivo. Tal y como ya avanzó FARO, los planes del ministerio de Hacienda pasan por rebajar el umbral a este colectivo de los 125.000 a los 75.000 euros, aunque a día de hoy continúa sin haber una comunicación oficial sobre este punto. "Las trabas para acceder a la tributación por módulos empeora la situación de los trabajadores autónomos, pero especialmente la de los transportistas, que facturan unos volúmenes importantes que se quedan en nada con el encarecimiento de los carburantes", denuncia Eduardo Abad, secretario general de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos.

El endurecimiento de la tributación por módulos fue uno de los puntos clave de la reforma fiscal que el Gobierno aprobó en 2015, con la que se preveía rebajar los máximos de facturación desde los 600.000 euros hasta los 150.000 por término general y los 75.000 en el caso de los transportistas. Sin embargo, tras una rebaja inicial en la que se recortó el umbral hasta los 250.000 y los 125.000 euros, respectivamente, el ejecutivo decidió dar un pequeño respiro de tres años, al tomar la decisión de dejarlos congelados entre los años 2016 y 2018.