La armadora viguesa Chymar busca astillero para la construcción de un arrastrero congelador de 71 metros de eslora y 13 de manga para Malvinas. Se sumará así a Kalamar Ltd. (con capital gallego) y Grupo Pereira, que también han apostado por emprender el proceso de renovación de su flota en el mismo caladero con los buques Monteferro y Argos Cíes, respectivamente. El buque contará con capacidad de cerca de 2.000 GT, potencia de 2.360 kilowatios y espacio para hasta 44 tripulantes. Así lo desveló ayer el consejero delegado de la pesquera, Javier Touza, en la segunda jornada de Navalia. El buque cuenta con una proa de estilo nórdico, casi vertical, similar a la de oceanográficos como el Svea, encargado por una universidad sueca en Armón Vigo. Es un formato que mitiga el impacto sonoro en el caladero. Bajo esta misma premisa, la del menor ruido posible, se construyó en Nodosa el palangrero CFL Hunter. El nuevo buque de Chymar reemplazará al Golden Touza, vendido a un armador angoleño y renombrado como Cuteta.El buque fue construido en 1987 por Factorías Vulcano y cuenta con algo más de 1.000 GT, con lo que su heredero duplicará su capacidad pesquera.

A juicio de Touza, también presidente de la Cooperativa de Armadores de Vigo (Arvi), ha llegado el momento de emprender el proceso de renovación de flota para disponer de barcos más eficientes - "el Brent a 50 dólares no lo verán nuestros hijos"- y competitivos. "Tenemos que preguntarnos si nuestro sector tiene futuro, porque hablamos de una inversión de entre 25 y 30 millones de euros", expuso. Touza enumeró entonces el aumento del consumo de pescado, del volumen de capturas y el incremento de los precios de esta materia prima para defender su apuesta. Un buque como los de Chymar, con puerto base en Vigo y que opera en Malvinas, destina cien días de travesía al año para ir y volver a zona de pesca. Solo en ese trayecto cada buque consume 1,5 millones de toneladas de gasóleo.