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Las retribuciones de los gallegos

La aportación de las pensiones a la recaudación del IRPF en Galicia se duplica en una década

La aportación pasa de 241 millones a 490 -El Estado recupera con el impuesto seis de cada diez euros que abona - La contribución de los salarios aumentó solo un 6%

Hugo Barreiro

El debate sobre la sostenibilidad del sistema público de pensiones en España se diluye a menudo en las grandes cifras, sobre todo la del coste para las arcas públicas por el alargamiento progresivo de la esperanza de vida y la mejora de las bases de cotización con las que los trabajadores llegan ahora al momento del retirarse. Pero las prestaciones son también combustible para la economía. El colectivo sirvió de colchón durante los años de crisis para miles de familias que se quedaron en el paro y sin ingresos. Fueron la salvación del consumo en todo el país, más en una comunidad como Galicia donde representan más de una cuarta parte de la población. Y son un contribuyente cada vez más importante para las administraciones. El peso de las pensiones en la recaudación del principal tributo en España, el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), no deja de crecer porque aumenta el número jubilados y el importe de las nuevas altas de pensiones, pero porque además la devaluación salarial ha jugado en contra de los ingresos públicos. Mientras que la aportación de los salarios al IRPF creció únicamente un 6% durante los últimos años en la región, la de los pensionistas se duplicó.

En 2016, según los últimos datos de la Agencia Tributaria, en Galicia había 791.884 personas cobrando algún tipo de pensión. La media rondaba los 12.273 euros anuales, unos 877 euros por mes repartidos en catorce pagas. El incremento de los perceptores no llega al 10% desde 2006. Sin embargo, las retenciones por IRPF pasaron de 241,4 millones de euros a 490,5 millones, lo que supone una subida del 103,2%. Mientras que una década atrás la contribución de las pensiones al gravamen alcanzaba el 9% del total de la recaudación, actualmente supera el 15%. Por cada 100 euros que el Estado abona en pensiones, recupera 6 en el IRPF.

A diferencia de la evolución en el caso de las pensiones, con una tendencia claramente al alza, la participación de los sueldos de los trabajadores en el IRPF muestra estos últimos años una trayectoria más irregular dado el impacto del récord del paro y la merma de las nóminas. En 2006 sus retenciones sumaron 2.186,9 millones de euros. En 2016 se situaron en 2.328 millones, muy lejos del máximo registrado en 2010, cuando superaron los 2.500 millones. Si comparamos estos dos años es muy fácil ver las consecuencias de la reducción salarial: el número de asalariados se redujo entre 2010 y 2016 un 0,9%, pero las retenciones, con nóminas más bajas, cayeron por encima del 7%.

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Al incremento del número de pensionistas que contribuyen con su prestación al IRPF hay que añadir el ascenso de la cuantía media, que saltó de 8.883 euros a 12.273. Un alza del 38%. Si su aportación se duplicó y supera de largo, por tanto, ese porcentaje de subida en el importe es también porque los tipos de la Renta aumentaron y retrocedió el peso de los asalariados. Cuatro de cada diez pensionistas no pasa de la Pensión Mínima Interprofesional (8.449 euros) y otro 31% está entre los 600 y los 900 euros mensuales.

A pesar del aumento evidente de las cuantías, hay que tener en cuenta que la horquilla de pensionistas que más creció en estos diez años es la que va de los 3000 a los 600 euros: de 111.000 gallegos a 225.000.

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