El Grupo PSA se marca de objetivo que la recién adquirida Opel deje atrás los números rojos que padece desde comienzos de siglo. Después de que el presidente ejecutivo de PSA, Carlos Tavares, expusiese ayer sus planes para las factorúas alemanas de Opel a los ministros de Exteriores, Asuntos Económicos, Peter Altmaier, y Energía y Trabajo, Hubertus Heil, el grupo galo emitió un comunicado en el que recalca "que hay un plan de inversión previsto en cada centro de producción alemán" y que "se pondrá en marcha, una vez se cumplan las condiciones de rentabilidad", que, a su juicio, ya se han alcanzado en España, Reino Unido, Polonia, Austria y Hungría.

Lo hizo después del encuentro en el que Tavares garantizó que la firma cumple con lo acordado en estas factorías y que busca un acuerdo con los interlocutores sociales, saliendo así al paso de las acusaciones de los sindicatos alemanes, que preveían un inminente recorte de plantilla en la factoría de Eisenach, que fue desmentido por PSA.