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Radiografía del sector

La pesca gallega persiste en el minifundio con un negocio de ocho millones de media

-La cifra de empresas se redujo un 6% en 2016 pero no se tradujo en mayores ingresos -La plantilla media, por debajo de 30 personas -Alimenta la llegada de integraciones

Trabajadoras de la conservera Jealsa en Boiro. // FdV

La de extracción, transformación y comercialización de productos del mar de Galicia es la industria de mayor dimensión de la eurozona por empleo (directo e inducido), facturación y volumen de toneladas vendidas. Pero solo si se computa en su conjunto un universo de más de 9.000 empresas. El minifundismo en el sector es arraigado y persistente pese a la escasez de materia prima y las operaciones de expansión impulsadas por las principales compañías, según los datos del Informe Ardán 2018 (correspondientes al ejercicio cerrado de 2016), y el volumen de negocio apenas supera los ocho millones de euros de promedio. Aunque las quince mayores firmas de Galicia marcaron récord en 2017 con ventas de más de 3.000 millones, como avanzó FARO en exclusiva, actores como Nueva Pescanova, Calvo, Iberconsa, Profand, Jealsa, Pescapuerta o Pereira son una excepción.

De acuerdo al ranking elaborado por Zona Franca de Vigo las empresas dedicadas a pesca, acuicultura e industria (transformación y conserva) facturaron de media 5,8 millones en el ejercicio analizado, umbral que supera los ocho millones si se incluye la facturación consolidada de Pescanova. A nivel de empleo los datos son también reveladores. Aunque hay compañías con plantillas muy elevadas en Galicia (Garavilla, Clavo, Albo o Connorsa), el sector emplea de media a 25 trabajadores. No es el caso de actividades intensivas en mano de obra, como la conserva, pero sí de armadoras, traders o comercializadoras. Aunque no es un factor reñido con la rentabilidad, a juzgar por los datos. Rampesca SA, con cinco trabajadores, facturó en 2016 casi diez millones de euros; la comercializadora viguesa Directfish, con tres empleados, ingresó cinco.

Este minifundismo continuó pese a que la cifra de empresas vinculadas al sector se redujo en un 6% en un año, al pasar de 405 a 380 sociedades. Pese a todo la penetración en mercados exteriores fue positiva y en el último ejercicio analizado por Ardán la facturación fuera de España rozó los 2.000 millones de euros (se superaría un año después, como publicó este periódico). A juicio de la patronal de la industria el músculo exterior sí es determinante, no tanto su tamaño, debido a la proliferación de filiales o sociedades mixtas en terceros países. Gran parte de la flota de Malvinas opera bajo bandera inglesa, por ejemplo, y buena parte de la producción manufacturera de las transformadoras está en Perú, Namibia, Argentina o Ecuador.

Los analistas no comparten este análisis y anticipan un "paso más" en la consolidación del sector. Solo dos de cada diez compañías de esta industria registraron rentabilidades negativas en 2016 pese a la escasez de materia prima ya que el precio se trasladó al consumidor (la proteína marina se encareció un 6% ese año, según el Instituto Nacional de Estadística, INE). Pero los expertos aseguran que la necesidad de disponer de mayores volúmenes, con la falta de relevo generacional, pondrán una alfombra roja a las operaciones de fusión, compras y a la implosión de los fondos de inversión.

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