El fabricante británico de vehículos todoterreno Land Rover anunció hoy que no renovará el contrato de alrededor de 1.000 trabajadores temporales y que recortará la producción en su planta de Solihull (centro de Inglaterra). Land Rover informó hoy, en un comunicado, de que los "ajustes" que van a realizar son el resultado de "los continuos vientos en contra que están afectando a la industria del automóvil".

Las ventas de nuevos coches cayeron un 5,7 % en el Reino Unido el pasado año, a consecuencia de la pérdida de confianza de la industria y de los consumidores de cara al "brexit", según los expertos.

La mayor compañía automovilística del Reino Unido se ha visto obligada ante esta situación a realizar estos ajustes en sus "horarios de producción y nivel de personal", aunque aseguró que continuará "reclutando un gran número de ingenieros altamente cualificados, graduados y aprendices" para desarrollar "nuevos productos y tecnologías".

Land Rover afirmó que mantendrán su "compromiso" con sus plantas del Reino Unido, en las que han invertido "más de 4.000 millones de libras (4.628 millones de euros) desde 2010 en tecnologías de fabricación para ofrecer nuevos modelos". La empresa, que adelantó que el próximo lunes detallará sus planes para el curso 2018/19, celebra este año su 70 aniversario.

La planta de Solihull había fabricado hasta 2015 unos 6 millones de vehículos, de los cuales más de 900.000 fueron del modelo Range Rover. Este es el coche más reconocido de la firma y ha sido el primer vehículo expuesto en el museo del Louvre de París, donde en su momento recibió el calificativo de "obra ejemplar del diseño industrial"