El gobernador del Banco de España reconoció ayer que "quizá" fue una "mala decisión" no inyectar dinero público en Banco Popular una vez que un informe de Oliver Wyman reveló en 2012 que la entidad tenía necesidades de capital de 3.200 millones de euros. Durante su comparecencia ayer en la comisión del Congreso que investiga la crisis del sector financiero, Luis María Linde aseguró que el organismo empezó a prestar "atención especial" a la entidad a partir de ese momento. "Nos pareció que si podíamos quitar peso a la ayuda europea (el rescate) era mejor, es lo que yo pensé. Después del hecho, uno se pregunta si realmente (la decisión) fue buena o mala, y quizá fue mala", admite ahora.

Linde defiende que el supervisor otorgó toda la liquidez posible al Popular en el marco de su resolución, aunque asegura que el BCE no le permite publicar el importe concedido y que fue menos de lo solicitado porque el banco no presentó "garantías suficientes.