Se nota que esta vez, a diferencia de junio de 2013 cuando no le quedó alternativa que dar explicaciones en persona en el Parlamento de Galicia, a favor de José Luis Méndez juegan las maniobras de escapismo tan habituales en las declaraciones por escrito. El ex director general de Caixa Galicia esgrimió una supuesta enfermedad para evitar el foco en el Congreso de los Diputados y la comisión sobre la crisis financiera le envió las preguntas. Si en la investigación de la Cámara gallega hace casi cinco años inundó su discurso de vaguedades y lagunas en la memoria, las contestaciones ahora a la larga retahíla de preguntas de PP, PSOE, Podemos-En Marea y Ciudadanos en más de medio centenar de hojas están repletas de "no me acuerdo" o "no me consta". Incluso con cuestiones tan transcendentales como las inspecciones del Banco de España a la antigua caja coruñesa cuando él era su máximo responsable. "Mi gestión fue profesional, correcta, leal y legal", defiende.

Los parlamentarios le cuestionan directamente por las insistentes advertencias que el supervisor le lanzó antes del estallido de la crisis para que pusiera freno a su desmesurado crecimiento y atajara el galopante riesgo. "En el periodo 2000-2008 no recuerdo con exactitud cuáles pudieron ser las recomendaciones de sus diferentes inspecciones", zanja Méndez, que niega haber maquillado las cuentas y se apoya en la auditoría "sin salvedades" para escurrir el bulto.

Pero ya en ese momento el Banco de España, como prueban las actas de inspección publicadas por FARO y desgranadas por todos los grupos políticos -también los populares-, en la comisión, decretó la "inviabilidad" de la entidad. ¿Cuál es el motivo de las diferencias entre la información pública de Caixa Galicia en ese año y el enorme déficit de provisiones y la morosidad oculta destapada por el supervisor?, pregunta el grupo de En Marea. "Desconozco las supuestas diferencias a las que hace referencia -sostiene José Luis Méndez-. No he conocido informe alguno como el que se refiere ni me consta haya sido registrado en la Secretaría General de Caixa Galicia".

Tras rechazar la existencia de órdenes expresas del Banco de España para buscar una operación que aliviase su quiebra, como también acreditan los informes de inspección, Méndez se atreve incluso a decir que la caja se planteaba seguir en solitario. "A finales de 2009 y ante el escenario de reformulación del sistema bancario español, estudiamos diversas opciones -relata- y, partiendo de ellas, dibujamos dos escenarios de futuro: escenario de no integración y escenario de integración con otras entidades financieras".

La memoria de Méndez es muy selectiva. No se acuerda de las inspecciones, pero sí de que encima de la mesa llegó a haber una negociación con Caja Madrid para crear un SIP. Cargo incluido para él. "Es posible, la realidad es que yo me jubilé en septiembre de 2010", deja caer.

La fecha de jubilación le vale para todo. Para seguir escurriendo el bulto ante otras muchas cosas que sucedieron durante la recta final de su mandato. "Carezco de los conocimientos necesarios para opinar sobre cómo ha acabado la entidad", dice. La marcha fue "una decisión libre y voluntaria sin presión ni coacción alguna", apunta, pese a que realmente fue una orden del Banco de España a la vista de la deriva de Caixa Galicia. ¿Y su indemnización? Niega compensación alguna, salvo su derecho a "rescatar el plan de pensiones que había consolidado a lo largo de mis 30 años de vida laboral". Una cantidad (más de 12 millones) de la que, asegura, su consejo de administración está al tanto.

A Méndez le vuelven los recuerdos cuando tiene que afrontar dos delicadas cuestiones. Respecto a las preferentes, sus respuestas a todos los partidos incorporan varios extractos de los folletos de emisión de los títulos que se llevaron por delante el ahorro de decenas de miles de gallegos. "Tuvimos siempre un enorme y reiterado celo en que esos productos fuesen comercializados de manera correcta y rigurosa", indica. Y sobre la compra de inmuebles por parte de su familia en condiciones ventajosas: "Se acogió a las condiciones que aprobó el consejo para empleados y familiares".