Tras una veintena de reuniones que incluso se llegó a saldar con un acuerdo verbal, la planta de Imerys Kiln Furniture (IKF) en A Guarda sigue sin cerrar sus grietas. La dirección de la factoría apremia a los sindicatos a aceptar una oferta que, a su juicio, "no afecta a su compensación recurrente, mantiene sus beneficios y aumenta su compensación variable".

El objetivo es sellar la paz mediante este acuerdo que, según defienden, fortalecerá las operaciones y la competititividad de la planta, en la que recientemente se han realizado inversiones para la mejora de los procesos de cocción.

La factoría vivió un total de cinco movilizaciones en el último mes y medio y la compañía insta a los representantes de los trabajadores a aceptar este acuerdo, con el objetivo de que la brecha abierta en la planta no aleje a posibles clientes. Según fuentes de la plantilla, Gilles Michel, el propio director general de esta multinacional con más de 16.000 trabajadores a través de sus centros de producción en medio centenar de países, acudirá la próxima semana a la planta gallega para instar a que el diálogo llegue a buen puerto.