El próximo mes de abril se cumplirán dos años de la publicación de los Papeles de Panamá. La investigación, centrada sobre la creación de sociedades offshore para, presuntamente, evadir el pago de impuestos dejaba una lista de implicados en la que figuraban desde políticos hasta empresarios o artistas. Los efectos de este terremoto no han remitido todavía y más de 700 días después se cobran una víctima. Se trata de Mossack Fonseca, el despacho de abogados con sede en Panamá y al que las investigaciones sitúan como cerebro de esta trama.

El presidente sirio, Bashar Al Assad, el expresidente italiano, Silvio Berlusconi, el futbolista Leo Messi, el director de cine Pedro Almodóvar, los exministros Rodrigo Rato y José Manuel Soria o la infanta Pilar de Borbón fueron algunos de los 1.400 clientes que, a lo largo de sus cuatro décadas de existencia, recurrieron a los servicios de este bufete de abogados que se abocó al abismo con el estallido del caso de los Papeles de Panamá.

La sucesión de golpes han tumbado al imperio que, en su día, llegó a movilizar a más de un millar de empleados a través de su red de 44 filiales. Al escarnio de ver su nombre en el centro de las investigaciones sobre los Papeles de Panamá, se sumó el ver cómo las autoridades panameñas registraban su sede en busca de documentación sobre las más de 200.000 sociedades creadas (casi 15 por cliente) y su presunta implicación en el caso Lava Jato, que investiga una red de corrupción en la petrolera estatal brasileña Petrobras. El caso se cobró ya como mayor pieza al expresidente brasileño Lula da Silva, condenado a nueve años de prisión, y llevó a los dos socios del despacho panameño a permanecer dos meses en prisión preventiva.

El deterioro de su imagen y el estrecho cerco por parte de las autoridades ahuyentó a su base de clientes. Esta estampida causó un efecto dominó, primero sobre sus ingresos y después sobre su plantilla, hasta el punto de imposibilitar que continúe operativo. Apenas 36 empleados se mantienen activos, pero lo harán por poco tiempo. El que llevará resolver los casos pendientes antes de que la compañía eche el telón completamente.

En el "Caso Pescanova"

La empresa defiende la legalidad de sus actuaciones y achaca su cierre a la, a su juicio, "campaña mediática" y a las "actuaciones irregulares de algunas autoridades panameñas", que han causado un "daño irreparable". Su controvertido papel en la creación de sociedades opacas y sin actividad aparente llevó a este despacho a ser vigilado con lupa también por el Caso Pescanova. En concreto, el magistrado de la Audiencia Nacional, José de la Mata, investiga un pago de 150.000 euros de la sociedad Reflex Portfolio, cuyo agente es la propia Mossack Fonseca, a Pablo Fernández Andrade, hijo del expresidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa.