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Las instalaciones pioneras de I+D en acuicultura de España

Pescanova prevé facturar más de 2,1 millones al año en su nuevo centro acuícola de O Grove

-El Biomarine Center, en la antigua planta de Insuiña, inicia el trámite medioambiental - La cría de alevines de rodaballo y lenguado alcanzará los 80.000 kilos desde 2020

Instalaciones acuícolas de Insuiña, de la firma Pescanova, en O Grove. // Miguel Muñiz Domínguez

Los tiempos del Pescanova Biomarine Center van más lentos de lo esperado. La grupo pesquero esperaba iniciar las obras de su nuevo centro de I+D en acuicultura, el primero de estas características de carácter privado en España, ya a principios del pasado año. Luego se habló de verano. De finales de 2017. La situación parece más encarrilada ahora con el arranque de la tramitación para superar el examen de impacto medioambiental. El proyecto parte de la reforma de la granja de engorde de rodaballo y lenguado que la multinacional tiene en el lugar de Ardia, en el concello e O Grove, "para dar una solución específica y sostenible con el programa de necesidades de especies acuícolas y los sistema novedosos de sistema cara al futuro", según el estudio de Pescanova encargado al Instituto de Investigacións Tecnolóxicas de la Universidade de Santiago de Compostela para entregar a la Consellería de Medio Ambiente e Ordenación do Territorio. Se mantienen esas dos especies como protagonistas del centro, centrado en la cría de alevines. La multinacional da por hecho que no empezará a funcionar hasta el próximo año y que a partir de 2022 la facturación por ejercicio superará los 2,1 millones de euros.

La granja de engorde empezó a funcionar en 1984. Se asienta en una parcela de algo más de 18.800 metros cuadrados, dentro de una zona amplia de estuarios "con diferentes ambientes biogeoquímicos de gran belleza y biodiversidad, por lo que se opta por una implantación lo más respetuosa posible con un entorno privilegiado y que a su vez responda a las necesidades de programa planteadas", indica el informe. Como toda piscifactoría marina, las instalaciones, vacías desde hace un año, disponen de tanques y estanques para el cultivo del rodaballo y el lenguado. "Después de tres décadas de actividad, y tras una valoración visual -aseguran los técnicos-, con carácter general no se han observado daños de carácter estructural que estén indicando un comportamiento anómalo de la estructura".

La reforma del edificio, actualmente de dos plantas, seguirá "una línea continuista" en la zona dedicada a la producción acuícola, repartida en siete zonas diferenciadas en parte baja y dos para labores de oficinas y de representación en el primer piso. El diseño no es una cuestión menor. Se hace así "para obtener la máxima eficiencia en la producción acuícola y sus procesos relacionados", remarca el estudio. Por eso también otra de las premisas del proyecto es reducir el consumo de energía para conseguir "una edificación eficiente" y ahorrar costes; y seleccionar materiales "que faciliten su mantenimiento y prolongar su vida útil ante un medio meteorológicamente agresivo como el que nos encontramos".

Durante el primer año de actividad, los alevines de rodaballo procederán de los criaderos de Insuiña en Chapela y Mougás. A partir del segundo se producirán en la propia planta de O Grove. También los de lenguado, que para el arranque de la actividad "se comprarán en criaderos ya validados". Pescanova ha creado un grupo formado por un técnico de cada una de las plantas de cultivo que posee para supervisar constantemente la salud de los peces. La comercialización se realizará través de la matriz, Nueva Pescanova.

En el caso del rodaballo, la producción alcanzará los 60.000 alevines, unas 49 toneladas a partir de 2020, cuando igualmente en lenguado se lleguen a las 30 toneladas y la comercialización de 900.000 piezas. La facturación pasará de 1,6 millones de euros a cerca de 1,9 millones en 2021 para saltar a 2,12 millones desde 2022.

Las obras buscan integrar en el sistema de cultivo "las mejoras tecnológicas disponibles para mejorar la eficacia, al que tiempo que se diversifique la explotación". El presupuesto, según adelantó Pescanova hace meses, rondará los 4,5 millones. En el Biomarine Center trabajarán medio centenar de personas. La compañía asegura que, tras esos 34 años en funcionamiento, no ha habido "impactos significativos en su entorno".

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