No hay tregua en la guerra comercial que el presidente de EE UU alienta con la Unión Europea tras su decisión de batallar con los aranceles al acero y el aluminio. Y el nuevo frente apunta a la industria del motor. Donald Trump se mostró en las últimas horas especialmente amenazante con la automoción, buque insignia de la industria alemana y pilar fundamental de España, y dejó caer la posibilidad de imponer tasas a los fabricantes del territorio comunitario. Si los europeos no eliminan sus aranceles, "vamos a gravar a Mercedes-Benz y a BMW", advirtió el mandatario, promotor de la consigna "Estados Unidos primero", en los suburbios de Pittsburgh, una antigua área industrial pobre particularmente receptiva a los fuertes aranceles a las importaciones de acero y aluminio que su gobierno acaba de imponer.

Antes de desencadenar semejante batalla comercial, que ya está causando repercusiones en todo el planeta, Trump "ha sopesado los pro y los contra", aseguraba ayer Raj Shah, portavoz de la Casa Blanca. Hace mucho tiempo que el republicano "describe cómo los países extranjeros han exprimido a las empresas y los trabajadores estadounidenses", justificó Shah en la cadena ABC. "Simplemente quiere acceso a mercados extranjeros, y eso es lo que va a obtener", agregó.

El mensaje es incendiario. Los europeos "nos están matando en el comercio", enarboló Trump frente a sus partidarios. "Ni siquiera podemos vender nuestros productos agrícolas allí, nos restringen directamente", se quejó. De ahí la propuesta que le realizó al Viejo Continente: si quiere evitar los nuevos aranceles estadounidenses sobre el acero y el aluminio, tendrá que eliminar sus impedimentos para el ingreso de productos estadounidenses.

El mandatario estadounidense lo resumió el sábado en un tuit: "La Unión Europea, países maravillosos que tratan mal a Estados Unidos en el comercio, se quejan de los aranceles sobre el acero y el aluminio. Si ellos abandonan sus horribles barreras y aranceles sobre productos estadounidenses, abandonaremos los nuestros. Gran déficit. De lo contrario, gravaremos automóviles, etc. ¡Es lo justo!".

Trump lanzó esa advertencia unas horas después de una reunión fallida sobre el tema en Bruselas entre su representante comercial Robert Lighthizer y la Comisión Europea, que está luchando para que la UE quede exenta de los impuestos estadounidenses.

La preocupación es compartida por Japón, mientras que México y Canadá gozan de una exención de estos gravámenes del 25% sobre el acero y el 10% sobre el aluminio. China, el mayor productor mundial de acero y aluminio, dijo el domingo que "defenderá firmemente sus intereses", pero continuará las conversaciones con Washington para evitar una guerra comercial "desastrosa" para el mundo.