Habrá que esperar todavía un poco más para saber quién sustituirá a Luis de Guindos al frente del Ministerio de Economía. El presidente del Gobierno anunció ayer que "la semana que viene" nombrará al nuevo miembro de su equipo para ocupar la vacante que deja el próximo vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE). Y será el único movimiento en las carteras ministeriales. "No habrá más cambios en el Ejecutivo porque se ha formado hace poco tiempo y está cumpliendo bien su función", adelanta Rajoy, con un descarte claro a una crisis de gobierno.

Dice que no hay "ninguna razón" para hacer más cambios. "Comprendo que los demás pidan que haya un cambio de Gobierno, quizá es porque les preocupa lo bien que este lo hace", enfatizó. Tampoco hay pistas. Lo único que ha dicho hasta ahora Rajoy sobre el posible candidato o candidata es que tenga "competencia, capacidad de trabajo e ilusión" y conozca los temas".

El anuncio de Rajoy coincidía ayer con el examen a De Guindos por parte de los eurodiputados de la comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo antes de su designación formal a finales de marzo próximo. El todavía ministro de Economía aseguró que trabajará "con lealtad e independencia" como vicepresidente del BCE "para el beneficio y el bienestar de todos los ciudadanos europeos". Ante las dudas que surgieron por su salto directo de la política en activo al cargo, el propio Guindos defendió que la independencia del BCE es "crucial" para mantener la inflación "baja y estable" en el medio plazo, al mismo tiempo que recordó que está "totalmente garantizada por los tratados y por los estatutos" del BCE.

"Soy un firme defensor de esa independencia y es correcto que esté de esa forma claramente recogido en el tratado", sostiene. Guindos recordó que no ha sido miembro de ningún partido político ni ha sido incluido "ninguna lista electoral", tras haber sido preguntado por la socialista francesa Pervenche Berès por su relación con el Partido Popular. En su opinión, las "otras caras de la moneda" de la independencia del BCE son la transparencia y la rendición de cuentas.