El mercado inmobiliario en España vive de nuevo buenos tiempos. Ventas y precios van de la mano y, sin duda, será uno de los sectores que más dará que hablar en el cambio de ciclo de la economía tras la doble recesión que, entre otros, tuvo en el pinchazo de la burbuja de ladrillo uno de sus principales desencadenantes. Por tercer año consecutivo, los pisos cerraron 2017 a alza. El metro cuadrado en el conjunto del país alcanzó los 1.538,6 euros, un 2,4% más que en el ejercicio anterior. El ascenso acumulado desde 2014, cuando se cotizaba a 1.459,4 euros, es del 5,4%. La evolución, sin embargo, no es igual en todas las comunidades. La recuperación de los precios de la vivienda camina a dos velocidades distintas. Por un lado, con trece comunidades en ascenso. De otro, cinco regiones todavía en números rojos, Galicia una de ellas. Los inmuebles volvieron a abaratarse, un 0,4%, a pesar de que algunos de los concellos más poblados están pisando el acelerador de los precios. Destacan Vigo, Redondela y las localidades de los alrededores de A Coruña, con incrementos que llegan incluso al 8,7% en solo un año.
De las grandes ciudades gallegas, únicamente Vigo se apunta a las subidas. El metro cuadrado de la vivienda libre se situó el año pasado en 1.353 euros tras un estirón del 2,5%, según los datos que acaba de publicar el Ministerio de Fomento. El impulso viene, sobre todo, de los pisos de más de cinco años de antigüedad, puntal de la demanda y con un precio medio ligeramente inferior: 1.351,6 euros, unos 120 menos que los inmuebles más nuevos.
Tanto A Coruña como Santiago, las dos urbes más caras para comprar piso en Galicia, registran descensos del 0,4% y el 0,5%, respectivamente, hasta los 1.558,7 y 1.459,8 euros.
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El entorno de los ayuntamientos más poblados de la comunidad vive una auténtica revolución en el coste de la vivienda. Suponen, en muchos casos, la mejor alternativa para ahorrar en el precio e, incluso, elegir entre una mayor oferta ante el reducido stock existente en los grandes núcleos. El metro cuadrado en Redondela asciende a casi 907 euros tras una subida del 5,8%. En Culleredo (1.157,8 euros) se disparó un 8,7%. Un 2,5% creció en Oleiros (1.172,3) y un 1,9% en Arteixo (867,9).
Del resto de localidades con más de 25.000 habitantes en Galicia destacan la cada vez más turística Ribeira, donde el precio medio de la vivienda experimentó el año pasado otro destacable incremento del 7,1% (897,7 euros), y Vilagarcía, con una subida del 3,6% (864,6).
Ourense, afectado por la pérdida de población y, por tanto, de la demanda inmobiliaria, ronda los 1.077 euros, un 2,4% por debajo de 2016, según Fomento. En Pontevedra el metro cuadrado bajó un 1,8%, hasta los 1.042,7 euros; y un 0,4% en Lugo (857,4). Ferrol y Narón se colocan a la cola de los precios de los pisos en Galicia. En la primera, el descenso fue del 1,1% (668,3 euros). En su vecina Narón retrocedió un 3% (714,5).
Desde el año 2010, en Galicia solo se encareció la vivienda en 2016. El metro cuadrado ascendía entonces de media a 1.192,4 euros. En comparación con los máximos de 2008, antes del estallido de la crisis, hoy por los pisos se paga alrededor de un 25% menos.
