El Instituto Galego de Promoción Económica (Igape) reunió ayer en su sede a los dueños de Maderas Iglesias y al comité de empresa, que acordó dar un margen de confianza de quince días a la compañía antes de emprender nuevos movimientos. Según explica Xulio Vicente, de CIG-Construción e Madeira, se le concederán a la dirección un total de dos semanas de plazo para asegurarse de que "existe una verdadera voluntad por parte de la empresa, que la situación se normalice y la empresa cumpla con las condiciones pactadas en el Expediente de Regulación de Empleo (ERE)".

Durante este periodo se vigilarán de cerca los posibles movimientos de descapitalización de la empresa y se apremiará al equipo directivo a intensificar la búsqueda de nuevos clientes. En paralelo, está previsto que los dueños de la compañía entablen negociaciones con los acreedores para abordar alguna vía que permita aligerar la carga de su deuda de 55 millones de euros con la que carga en la actualidad. Entre ellas, una posible quita o un alargamiento de los vencimientos de su pasivo.

La compañía abonó esta misma semana la nómina del pasado mes de enero, pero la escasez de encargos por parte de unos clientes que temen posibles incumplimientos de plazos aprieta sobre su tesorería. Por este motivo, el comité de empresa exigió, durante el encuentro de ayer, al equipo propietario de Maderas Iglesias que acelerase los plazos de su calendario en el que "no preveía tomar ningún movimiento hasta el próximo mes de junio, que es cuando termina el ERE", recalca Xulio Vicente.

Es precisamente ese mismo mes cuando expira el plazo concedido para la presentación de un plan de viabilidad que asegure el futuro del que en su día llegó a ser el mayor fabricante de pavimentos de maderas y tarimas flotantes de toda España y que en la actualidad cuenta con 249 trabajadores en plantilla. La concesión de estos cuatro meses de margen para la presentación de su nueva hoja de ruta estará supeditada a que la compañía lleve al día el pago de los salarios.