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Galicia pierde 17 hectáreas diarias de suelo cultivado por la crisis láctea y el éxodo rural

► Las tierras de labor retroceden pese al 'tirón' de los frutales ► La recuperación reduce las huertas para autoconsumo en 5 millones de metros cuadrados

En Galicia hay cerca de 2.000 núcleos de población abandonados, de los cuales un centenar se quedaron sin habitantes solo en el último año. Es una tendencia constante que repercute en el crecimiento de las urbes atlánticas y amplifica la desaparición de la superficie agraria cultivada. Cada día la comunidad pierde 17 hectáreas de este suelo: de las 378.600 que sumaba hace un lustro en las principales especies (grano, patatas, forraje, viñedos o frutales) tiene ahora 30.000 menos, según las estadísticas oficiales del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama). "Es una situación que se reproduce en toda Galicia, pero sobre todo en el interior. Es un problema gravísimo", analiza el coordinador de la Federación Rural Galega (Fruga), Manuel Dacal, que atribuye el grueso de este deterioro a la crisis láctea. Desde enero de 2015 cerraron en la comunidad 1.592 de estas explotaciones.

Las cifras son elocuentes. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística (INE), en los tres últimos años echaron el cierre 2.915 explotaciones agrarias de todo tipo, casi todas propiedad de trabajadores autónomos (solo veinte eran cooperativas). "Esta pérdida de superficie agraria útil no se traduce -continúa Dacal- en el aumento de tamaño de las demás", que perpetúan el minifundismo del territorio gallego. De media cada explotación agraria ocupa 8,4 hectáreas, muy lejos de las 24 del conjunto de España. Los sindicatos estiman que, solo por el colapso del sector lácteo, la superficie agraria que ha quedado a monte supera "tranquilamente las 20.000 hectáreas" en los últimos años. Con el consiguiente efecto en el empleo. El volumen de ocupación global de Galicia todavía está lejos de los niveles precrisis y falta por recuperar un 12% del empleo destruido durante la doble recesión; en la agricultura la pérdida de empleos en el mismo periodo supera el 20%.

En cuanto a las principales especies -forestación aparte-, el mayor retroceso lo han sufrido las explotaciones agracias de grano y hortalizas, con la pérdida del 5,5% y el 32% de su superficie utilizada, respectivamente. Solo los árboles frutales (no cítricos), que prácticamente duplicaron su espacio en la última década, escapan a la tendencia general. "Lo que se abandona termina casi siempre en forestación para eucalipto", programada o no.

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Para los expertos Eduardo Corbelle y Rafael Crecente, de la USC, este panorama genera otros tres fenómenos: una "incidencia catastrófica de los incendios forestales, la reducción y el progresivo envejecimiento de la población rural y un ineficaz uso del territorio que dificulta la competitividad del sector agrario". Solo la crisis económica incrementó durante unos años la superficie dedicada a huertas familiares para autoconsumo. En 2006, según el Mapama, ocupaban 14.987 hectáreas de suelo en Galicia; la necesidad disparó su espacio en casi 10.000 hectáreas, cuando alcanzó su pico en 2013. Desde entonces, y a un ritmo de 900 metros cuadrados diarios, más de un 5% de estos huertos (5,5 millones de metros) pasaron a barbecho forzoso.

Maniel Dacal - Coordinador Fruga

"Son espacios que acaban casi siempre en forestación de eucalipto"

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