Con Suso era fácil tener una buena relación. Incluso en los momentos de mayor tensión entre los sindicatos. Que los hubo, sobre todo en los momentos de, digamos, lucha más belicosa para disputarse el espacio de la acción sindical.

Prudente, trabajador y muy serio. Lo sabían muy bien en UGT. Por eso tardó muy poco tiempo en llegar a secretario general cuando llegó después de la integración con USO, en la que él participó muy activamente. Por entonces ya lo conocía, los dos trabajando en A Coruña, como durante el duro conflicto que se libró con las industrias auxiliares en la construcción del complejo de Meirama.

Tomábamos café de vez en cuando. Él estaba preocupado por la situación laboral, pero también por el panorama político y la situación del PSOE, del que era afiliado, y de toda la oposición. No se despegaba de la actualidad. Pero, también en esos momentos, optaba por ser prudente en todos sus comentarios.

Me contaron que estaba enfermo. Y que la enfermedad se iba agravando. Se ha llevado a una de las personas claves en la historia del sindicalismo en Galicia.

*Ex secretario xeral de CC OO-Galicia