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El impacto del elevado coste de los carburantes en la región

La venta de gasóleo en zonas limítrofes a Galicia se dispara por los mejores precios

El consumo en la región registra una de las menores subidas del país, un 1,5%, e incluso cae en Ourense y Lugo -En Zamora crece un 9%, un 4% en León y otro 5% en Asturias

El recargo autonómico en el impuesto minorista de hidrocarburos que sustituyó al céntimo sanitario tras su anulación por parte de la justicia europea ayudó a la Xunta a reequilibrar sus cuentas en un momento muy delicado por la merma de los ingresos públicos durante la crisis. El Gobierno gallego decidió exprimir al máximo el gravamen y subir los tipos a gasolina y gasóleo hasta los 4,8 céntimos por cada litro. Por eso, a pesar de la caída constante de las ventas de los carburantes en la comunidad en esos años, la recaudación logró aguantar y supera de largo los 80 millones de euros. A diferencia del resto de regiones, que han reducido la presión fiscal a la hora de llenar el depósito del coche o directamente se cargaron el tributo, Galicia lo mantiene y agrava el histórico problema que arrastra con los precios de los combustibles. Ya antes de aplicar impuestos están entre los más altos del país. Los quintos más caros. Una vez repercutidos el IVA y el viejo céntimo sanitario, son los segundos más elevados, solo por detrás del archipiélago balear. Eso está provocando que muchos conductores gallegos, sobre todo transportistas, que tienen a mano tarifas más asequibles porque viven cerca de provincias sin céntimo sanitario o pasan por allí por trabajo opten por repostar en ellas. Lo confirman las propias empresas de transporte y las estaciones de servicio, además de los datos, que son muy reveladores. Mientras la comercialización de diésel en Galicia apenas remonta, en León, Zamora o Asturias se dispara.

Precisamente porque lo de los precios de la gasolina y el gasóleo en Galicia viene de lejos, la fuga de conductores a territorios limítrofes no es nueva. Pero el fenómeno avanzó a medida que las comunidades vecinas amortiguaron el golpe fiscal en los carburantes y el año pasado alcanzó su culmen. ¿Por qué? Porque la demanda en Ourense y Lugo está en números rojos.

En la provincia ourensana, las ventas de gasóleo, el combustible más usado, sumaron hasta noviembre 153.000 toneladas, según los últimos datos recopilados por la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores). Es un 0,5% por debajo del mismo periodo de 2016. La reducción en Lugo roza el 1%, con 200.300 toneladas. El mercado de los carburantes en Galicia resiste mínimamente al alza gracias al tirón de A Coruña, donde la comercialización del diésel subió entre enero y noviembre un 2,1%; y especialmente Pontevedra, con cerca de un 3% de ascenso.

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El total de Galicia, un incremento del 1,5%, se encuentra entre los más discretos del Estado. Solo aumentaron menos las ventas en Cataluña, estancada; en Madrid (0,5%), Canarias (0,8%) y Comunidad Valenciana (1,4%). En el conjunto del país crecen un 2,5%.

Asturias y Castilla y León, en cambio, están en los puestos de arriba. En la primera, con un céntimo sanitario más bajo y unos precios hasta un 2,3% más económicos, las ventas se incrementaron un 8,3%. En Castilla y León subieron un 5%. En la provincia leonesa un 3,8% y un 8,9% en Zamora.

"Con las grandes diferencias de precios que hay, de hasta 15 céntimos por litro, cae de cajón que las empresas busquen los más baratos -explica Ramón Alonso, presidente de la Federación Gallega de Transporte de Mercancías (Fegatramer)-. Hace tiempo que dije a la administración que mantener el céntimo sanitario era meterse un tiro en el pie".

Una batalla, la de su supresión, que las estaciones de servicio tampoco dar por perdida. "Pero nuestro poder llega hasta donde llega", apunta Benigno Redondo, responsable de las gasolineras de la provincia de Pontevedra. "Es -insiste- discriminatorio".

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