El máximo responsable de una de las entidades de ahorros que agonizó durante la crisis y forzó su fusión para evitar la intervención pública al amparo de las ayudas concedidas por el FROB evitará comparecer públicamente en la comisión del Congreso de los Diputados que investiga lo sucedido con el sistema financiero español. José Luis Méndez ha remitido un certificado médico a la mesa de la comisión en el que, al parecer, acredita una enfermedad grave que le impide acudir a dar explicaciones. Y no lo hará. El ex director general de Caixa Galicia responderá por escrito al cuestionario que confeccionarán los grupos parlamentarios, según confirman fuentes oficiales. Era lo esperado. Como avanzó FARO a principios del pasado mes, todo apuntaba a que Méndez se agarraría a su estado de salud para eludir la cita presencial. Lo mismo hará el que fue presidente de la entidad coruñesa, Mauro Varela. Solo su homólogo en Caixanova, Julio Fernández Gayoso, estará en el Congreso para hablar de la fatídica fusión con la quebrada Caixa Galicia.

Al que fue también presidente de Novacaixagalicia, actualmente en un grado de semilibertad tras su condena a dos años como cooperador necesario en las polémicas prejubilaciones de la caja, no se le ha transmitido todavía una fecha exacta para estar en el Congreso. La mesa de la comisión decidió ayer elaborar primero los interrogatorios por escrito para Méndez y Varela y, una vez dispongan de ellos, se convocará a Gayoso.

En caso de que las respuestas de los que fueron los responsables de Caixa Galicia dejen dudas en el aire para los diputados, habrá posibilidad de repreguntarle. Durante su comparecencia en la investigación del Parlamento gallego, José Luis Méndez no solo rechazó cualquier responsabilidad en la caída de Caixa Galicia a pesar de que el Banco de España ordenó dejarlo al margen desde las negociaciones de la fusión por el desastre de su gestión. Es que además se atrevió a decir que no tenía ni idea de los informes de los inspectores del supervisor que alertaron ya al propio Méndez y su consejo de administración de la deriva de la entidad desde 2007 y su posterior diagnóstico de inviabilidad.

Méndez tenía un sueldo anual en Caixa Galicia de 2,5 millones de euros. Se fue muy poco antes de la fusión. La jubilación superó los 15 millones y, a pesar de que la entidad lo negó, el pago incluía una indemnización de 2,7 millones de euros. Cuando se conoció que seguía como representante de NCG en algunas participadas, cobrando dietas e incluso con chófer, secretaria y servicios de internet y teléfono a cargo del banco, la polémica obligó al presidente de entonces, José María Castellano, a pedirle que abandonara. Pese a que fue el agujero de Caixa Galicia el que lastró la integración que Caixanova no quería -justo cuando comenzó a operar la caja única, el Banco de España desveló el agujero de más de 800 millones que arrastraba la entidad coruñesa-, hasta ahora se ha librado de cualquier responsabilidad y no ha tenido que devolver nada de su retiro dorado.

La comisión del Congreso dio vía libre ayer además a las próximas comparecencias, entre las que destaca el expresidente de Caixa Catalunya y exvicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, o los que fueron responsables de la CAM, Modesto Crespo, y Caja Castilla-La Mancha, Juan Pedro Hernández Moltó. A la Cámara Baja acudirán el jefe de la misión para España del Euro Area Financial System, Peter Grasmann; y Klaus Regling, director ejercutivo del Mecanismo Europeo de Estabilidad. Clodomiro Montero, líder de la CIG-Banca, irá en marzo tras el aplazamiento acordado en enero por un problema con los vuelos.