A excepción de la liquidación de la antigua filial andaluza (Acuinova SL), el descalabro económico de Pescanova no supuso la adopción de medidas traumáticas en la plantilla. Pese a la estacionalidad de algunos segmentos de actividad en divisiones como el mahi (Perú), la pota (Argentina) o el langostino (Centroamérica), la plantilla de la pesquera se mantuvo siempre en el umbral de los 12.000 trabajadores en todo el mundo, y en torno a otros 800 en Galicia. Ahora acaba realizar las primeras contrataciones para su filial Pescanova España, que agrupa las instalaciones fabriles y de frío en Chapela, Porriño y Arteixo, con 40 nuevos trabajadores. Hasta ahora la compañía asumía los picos de producción y demanda con ETTs como Micofer, pero la aprobación del nuevo convenio ha obligado al grupo a reducir "al mínimo" su dependencia de este tipo de firmas. Un texto que reduce los costes laborales para las nuevas incorporaciones (con un cuarto turno) y cuya negociación, que finalmente llegó a buen puerto, acabó con la paz social que había reinado en Pescanova desde su fundación, en 1960.
De los nuevos contratos 27 se han incorporado a la factoría de Chapela, centrada en la producción de surimi. La compañía -como anticipó FARO- renovará las instalaciones de la antigua Pescanova Alimentación para duplicar la producción anual de este producto, de 73 a 134 toneladas diarias, con lo que podrá superar las 48.000 anuales. En la factoría de Porriño el refuerzo ha sido de 13 personas, según los datos aportados a este periódico por el comité de empresa y ratificados por la multinacional. La antigua Frinova cuenta con una capacidad de producción de 30.000 toneladas al año de productos prefritos de pescado y cefalópodos. En la planta fabril de Chapela la plantilla asciende a unas 230 personas, por las 140 de Porriño.
Según las mismas fuentes el grueso de las nuevas contrataciones es personal ya formado que antes estaba en filas de las ETTs, y todas se han incorporado al cuarto turno. Aunque las jornadas habituales son de martes a sábado, el nuevo convenio colectivo permite a la multinacional afrontar picos de demanda con la habilitación de los domingos como "jornadas ordinarias". El salario de partida en este caso es de 978 euros mensuales para el primer año (2017), y superará los 1.000 euros para 2020.
Además de la contratación directa la construcción de siete pesqueros en Armón (Vigo y Burela) creará 200 empleos, según las estimaciones del grupo, que todavía espera por los permisos para la construcción en O Grove del Pescanova Biomarine Center, un centro de investigación acuícola en el que también aspira a generar empleo neto. La inversión (4,5 millones) está aprobada desde junio del año pasado. La construcción de los buques, con destino a Namibia y Mozambique, arrancará tan pronto entre en vigor el contrato.
