El comité de empresa de la central térmica coruñesa de Meirama (propiedad de Gas Natural Fenosa) protagonizó ayer un encierro en la sede del Concello de Cerceda para exigir a la eléctrica que realice las inversiones necesarias para que la planta pueda seguir operativa más allá de 2020. La compañía debe decidir en los próximos meses si realiza en las instalaciones coruñesas los trabajos necesarios (con un coste aproximado de 120 millones de euros y una duración aproximada de dos años) para cumplir la directiva europea que obliga a reducir las emisiones contaminantes.

Esta nueva norma europea sobre las emisiones industriales entró en vigor en 2016 y fija un plazo máximo para realizar las reformas necesarias con la finalidad de reducir los gases contaminantes y evitar el cierre. En el caso de las instalaciones que se acogieron al Plan Nacional Transitorio, como es el caso de la térmica de Meirama, tienen hasta el 1 de julio de 2020 para realizar las adaptaciones. De hecho, fuentes de Gas Natural Fenosa detallaron a este diario que la empresa tiene de margen hasta esa fecha para realizar los trabajos y que, a día de hoy, "el consejo de administración de la compañía no ha tomado ninguna decisión sobre las inversiones" que realizará en el futuro.