Los vehículos gallegos consumen cada mes una media de 160.000 toneladas de carburantes, que se gravan con tres impuestos: IVA, impuesto especial de hidrocarburos y, en el caso de Galicia, el céntimo sanitario (que no es de aplicación en cinco comunidades españolas). La amalgama de los tres es lo que provoca que las gasolinas gallegas sean las más caras de España -pese a albergar una de las diez refinerías del país- y que los conductores de turismos sufran un perjuicio económico anual de 86 millones. Ayer el litro de diésel se pagaba en Galicia de promedio a casi 1,24 euros, cinco céntimos por encima de la media nacional; la gasolina 95 a cerca de 1,30, tres céntimos más que en el conjunto del Estado. Los datos son oficiales, del Ministerio de Economía.

¿Se debe este escenario únicamente al céntimo sanitario? No, porque este gravamen no es exclusivo de Galicia, donde la tasa es de 0,048 euros por litro, tanto para el diésel como para la gasolina de 95 octanos. Hay otras seis regiones donde se aplica esta misma tasa, la máxima que permite Hacienda, pero sus carburantes son más económicos. Es el caso de Valencia, por ejemplo: allí en diciembre el litro de gasóleo costaba 1,13 euros; en Galicia, 1,18. Y eso que los valencianos padecen también el impuesto en su tope máximo, de 0,048 euros por litro. Por eso es que existe un segundo sobrecoste, que en teoría se había comprometido a investigar la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Sin impuestos, el diésel gallego es el segundo más caro de España, empatado con Cantabria y País Vasco (que no tienen céntimo sanitario, que en rigor se llama Impuesto sobre las Ventas Minoristas de Determinados Hidrocarburos (IVMDH). Pero la CNMC, que había anunciado el pasado mayo una investigación en un plazo "breve", todavía no ha la empezado. Hay otras cuatro comunidades donde sí se aplica esta tasa, pero en menor medida que Galicia.

El sobrecoste

¿De dónde sale ese perjuicio adicional de 86 millones? El parque móvil de Galicia está compuesto por 987.261 turismos diésel y otros 496.404 de gasolina. Si tenemos en cuenta que pagan entre tres y cinco céntimos más por litro que la media, y con el supuesto de que llenan el depósito dos veces al mes, arroja el siguiente resultado. El sobreprecio sin impuestos y el céntimo sanitario provocan que los turismos de gasóleo tengan que abonar al año 66,4 millones más que la media nacional en repostar, a sumar a los 19,6 millones de los coches a gasolina. Este cálculo no incluye a furgonetas, camiones, autobuses o motocicletas, con lo que el perjuicio final para los gallegos sería en realidad mayor.

El panorama no es halagüeño para los conductores ya que los principales analistas del mercado anticipan un alza del precio del Brent, de referencia para Europa, de al menos el 10% hasta final de año. La horquilla oscila entre los 70 dólares que augura Morgan Stanley o los 100 de Andurand Capital, como recogía ayer el diario Expansión. El incremento de la demanda global, los recortes en la producción y la inestabilidad política en países como Irán alimentan esta probabilidad, muy perjudicial para España en tanto es una economía netamente importadora de petróleo.