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Iniciativa del primer productor mundial

Tailandia inquieta a la conserva gallega con el objetivo de exportar sin aranceles desde 2019

Acelera los contactos en favor de un tratado de libre comercio, un "caballo de batalla" para los productores de Galicia - Vieites: "No se dan las condiciones democráticas para hacerlo"

Empleados de Thai Union Group en Bangkok. // THG

Un "lavado de imagen". Es lo que la industria transformadora de Tailandia pretende, a ojos de los productores europeos, con una intensa campaña política y mediática en el viejo Continente. Quieren transmitir el siguiente mensaje: que no abanderan la pesca ilegal, que han mejorado las condiciones laborales de sus trabajadores, que sus productos se exportan de acuerdo a las restrictivas normas comunitarias y, sobre todo, que serán una democracia a finales de año. ¿El objetivo? Reanudar las negociaciones para un tratado de libre comercio con la Unión Europea, suspendidas en 2014 cuando las fuerzas armadas derrocaron al presidente Niwatthamrong Boonsongpaisan. Un acuerdo comercial sin aranceles -o con una rebaja sustancial de los mismos- es el "caballo de batalla" para la industria atunera de Galicia, líder en Europa y empleadora de más de 16.000 personas. "Para nosotros es la gran preocupación", sostiene el secretario general de Anfaco, Juan Vieites. Si se materializa esta ofensiva, agregan otras fuentes del sector, "el golpe sería enorme".

Lo cierto es que Tailandia todavía tiene bandera amarilla en pesca ilegal, un distintivo que Bruselas otorga a los países que no colaboran para erradicarla, y el penúltimo Pulitzer lo ganó una investigación de Associated Press sobre la esclavitud en la industria pesquera, con Tailandia como principal país señalado. "Sí que han continuado los contactos técnicos, sobre todo con la Asean (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático). Ellos lo están intentando, pero no se dan las condiciones para hacerlo", incide Vieites. Pero, y aunque la prensa asiática suscita dudas sobre las probabilidades reales de que haya elecciones en noviembre -no se han legalizado los partidos políticos-, el gigante Thai Union ha llevado la campaña a las puertas de la misma Comisión. Lo hizo con la exposición SeaChange en el edificio gubernamental József Antall entre el 8 y el 12 de enero para vender que la industria tailandesa cumple con las normas sanitarias, laborales y de seguridad a bordo.

Pese al escenario que dibujan oposición y competidores - "todavía es una dictadura pura y dura"- la Comisión Europea ha aceptado reanudar las conversaciones "a todos los niveles" con Bangkok. "El Consejo -expone un comunicado del departamento de Asuntos Exteriores del pasado 11 diciembre- invita a la Comisión a explorar con Tailandia las posibilidades de reanudar las negociaciones de un tratado de libre comercio con la UE". Un mensaje recibido con júbilo en el Estado asiático: "Ellos [por la Comisión] no han fijado condiciones. Solo quieren que Tailandia vuelva a la democracia con unas elecciones garantizadas democráticamente", exhortó Prayuth Chan-o-cha, comandante en jefe de las fuerzas armadas, primer ministro de Tailandia (y presidente de un club de fútbol).

"Este país -continúa Vieites- concentra el 31% de la producción mundial, mientras que aquí tenemos más del 14%. Nos llevan el doble, son una gran potencia". El peso de Galicia en la industria española es del 87%, y casi siete de cada diez latas que se fabrican en Europa tienen sello gallego. "Nunca podremos competir con mano de obra, sino con la tecnología". En una visita a plantas gallegas de un ejecutivo de Thai Union, éste confesó a los productores locales que podría disponer de "seis o siete plantas" de producción con la inversión que cada factoría gallega destina a maquinaria, y que con el sueldo de un empleado en Galicia "paga a 27 personas" en Tailandia.

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