La corporación municipal de Shanghái inyectó en la pasada jornada de Nochebuena más dinero público en Shanghai Kaichuang, el holding propietario de la viguesa Albo, según indicó el grupo al supervisor bursátil local. Con esta son dos las transferencias de fondos realizadas por el Gobierno chino a la compañía en menos de un año y que cerró 2016 en números rojos pese a la buena progresión de la conservera. En octubre la Shanghai Municipal Investment Corporation (o Shanghai Chengtou) ya había transferido 102.807.224 yuanes (13,2 millones de euros); esta vez la cuantía fue muy inferior, de 2.294.900 yuanes (en torno a 300.000 euros al cambio actual).

Este tipo de prácticas es habitual en China y Shanghai Kaichuang ha recurrido en más ocasiones a estos subsidios para equilibrar sus cuentas. El pasado diciembre la compañía recibía 19 millones de las arcas públicas chinas, por los 10,2 de su vecina CNFC Overseas Fisheries, una de las mayores armadoras del mundo. La propia compra de Albo, por la que pagó 61 millones, recibió un pequeño respaldo de 230.000 euros por parte del Ejecutivo asiático. China e India han sido de hecho las dos potencias que frustraron el mes pasado un acuerdo mundial para prohibir los subsidios en la industria pesquera para luchar contra la sobreexplotación en los mares.

Shanghai Kaichuang informó también al mercado que ha completado la ampliación de capital por importe de 73 millones, con la que sufragará la adquisición de la conservera de Vigo y construirá una megafactoría de atún en Zhoushan. Tendrá más de 40.000 metros cuadrados de superficie y contará con un equipo directivo formado en Jacinto Benavente (la calle donde Albo tiene su sede, en la ciudad olívica).