Iberdrola puso en marcha ayer su parque eólico marino de Wikinger, en Alemania, tras 18 meses de trabajos en aguas del Mar Báltico para suministrar electricidad a unos 350.000 hogares. Es el primer proyecto offshore que la multinacional española lleva a cabo en solitario y cuenta con tecnología fabricada en Galicia. En las instalaciones de Navantia en Fene se fabricaron las cimentaciones ( jackets) para las instalaciones.

La inversión en Wikinger asciende a 1.400 millones de euros y dio trabajo a 2.000 personas.

A este proyecto le siguió la contratación de otra remesa de cimentaciones para el parque East Anglia One, en Reino Unido, con una duración de dos años y que permite carga de trabajo para más de 1.000 efectivos tanto en Fene como en Puerto Real (Cádiz).