El sector de elaborados de productos del mar ha acometido en los últimos meses una renovación moderada de su oferta para atender a un público que ha cambiado: hogares jóvenes, monoparentales, más envejecidos, con menos tiempo para cocinar, preocupados por el medio ambiente y la salud. Estos factores se han traducido en cambios en el packaging (envasado), líneas de producción o disminución de los formatos. Y en esta nueva línea han tomado músculo los productos refrigerados, los que se guardan en la nevera y están listos para comer. El surimi, un derivado originario de Japón y conocido tradicionalmente como palitos de cangrejo, ha sido el máximo exponente de este cambio. Es el producto estrella de Pescanova en los lineales de su principal distribuidor en España, Mercadona, del que recibe un tercio de sus ingresos en el país. La multinacional renovará ahora sus instalaciones de Chapela (de la antigua filial Pescanova Alimentación) para duplicar su producción anual. Alcanzará las 134 toneladas diarias, frente a las 73 que suma a día de hoy.
La compañía ha recibido el visto bueno de la Dirección Xeral de Calidade Ambiental de la Xunta al proyecto, que no conllevará la ampliación de la factoría, en funcionamiento desde 1964. El incremento de la producción se alcanzará con la instalación de nueva maquinaria, para la cual todavía no han fijado fecha. En el proyecto tampoco se incluye el presupuesto de las obras, aunque todo el grupo invertirá 125 millones hasta 2020 para mejorar su capacidad después de haber estado al borde de la desaparición. Pescanova adquirirá cuatro bombas para el picado y amasado del pescado, una máquina multicorte y una loncheadora. Para el envasado instalará detectores de metales y envolvedoras, así como dos nuevos equipos de pasteurización y una embaladora. El objetivo pasa por sacar de la factoría 122 toneladas de surimi (hoy produce 61). El resto de productos que se elaboran en esas instalaciones no verán incrementados los volúmenes.
Los refrigerados
Aunque el grupo distribuye surimi congelado la seña de identidad es el que está disponible en los lineales de refrigerado de los supermercados. Este segmento fue la gran apuesta del consejero delegado, Ignacio González, nada más desembarcar en Chapela. "Yo quiero el mercado del refrigerado. Tú abres la nevera de tu casa diez veces al día, y el congelador diez al mes. Cuando vas a hacer la compra un sábado a las doce de la mañana y te preguntas, ¿qué voy a comer hoy? Pescanova no participa en esto porque tiene productos de fondo de armario", resumió en su primera entrevista con FARO. Es un segmento en crecimiento pero sigue muy lejos de la presencia de los refrigerados en países como Francia o Reino Unido.
Según los datos del mercado, el surimi congelado (no hay datos del refrigerado) representa un 22% del volumen total de ventas. El rey sigue siendo el langostino, con el gambón argentino en franco crecimiento (gracias a los récords de capturas de los dos últimos años). El surimi ocupa el tercer lugar y un 10% de la facturación. El calamar, que otrora disputó el liderato, se ha resentido por la escasez del producto en origen y el incremento de los precios. Solo Pescanova dispone de líneas industriales propias de producción en Galicia para surimi y con su marca; su mayor rival es Angulas Aguinaga, distribuidor de la marca Krissia y propiedad del mismo fondo que compró hace dos años Iberconsa.
El proyecto de ampliación de Pescanova no tendrá que ser sometido al protocolo de evaluación ambiental al no implicar alteraciones en el paisaje y no afectar, entre otras, a la zona protegida de la ensenada de San Simón.
