La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y las asociaciones de usuarios libran una batalla contra los casos de fraude en la venta "puerta a puerta" de contratos de suministro de electricidad. Es un problema tan grave que hasta el Ministerio de Energía se plantea cómo reforzar la supervisión. Es díficil prohibir que una empresa comercialice sus productos de la manera que considere idónea, pero la proliferación de la mala praxis por parte de estos agentes que acuden a las casas para ofrecer el cambio de compañía pone el jaque el sistema. Gas Natural Fenosa, principal distribuidora de Galicia, ha decidido poner a disposición de sus clientes un teléfono gratuito para denunciar este tipo de situaciones. Es el 900649243. Con una llamada, el cliente podrá "consultar si el vendedor que le visita tiene la acreditación en vigor y si las ventajas de la oferta se corresponden con la realidad".

Si la compañía detecta "alguna práctica comercial", opta por inhabilitar al vendedor y llevarlo a los tribunales. Durante este año, Gas Natural Fenosa lo ha hecho con un total de 190 vendedores, el 4% de sus comerciales acreditados. Se notificaron 470 casos de malas prácticas, el 0,033% de todos los contratos realizados.

"El grupo cuenta con un exigente protocolo interno de detección de mala práctica comercial en la venta presencial de productos y servicios a clientes para luchar contra un problema que perjudica a usuarios y a empresas", asegura Daniel López Jordá, director general de Negocios Minoristas de la compañía.

En lo que va de año, Gas Natural abonó 183.000 euros a clientes, "resultantes de la energía consumida por contratos irregulares" y penalizó a 87 empresas colaboradoras con "las sanciones por fraude que están pactadas en sus contratos".