La crisis aterrizó en Galicia un poco después que en la mayoría de comunidades, pero también salió más tarde y a la región le costó más recuperar los niveles de actividad de la etapa de bonanza. Lo consiguió durante el tercer trimestre de este año. El Producto Interior Bruto (PIB) regional avanzó un 0,8% sobre el segundo trimestre y un 3,1% en comparación con el mismo periodo del año pasado. El mismo crecimiento que el conjunto del Estado. En ambos casos, supone una pequeña desaceleración, de una décima, respecto a la velocidad a la que iba la recuperación entre abril y junio. El valor de los productos y servicios alcanzó los 15.327 millones de euros, importe inédito en la historia de la economía de Galicia. A precios corrientes, depurada la cantidad del efecto de la subida de los precios durante todo este tiempo, el PIB real autonómico se sitúa un 1,2% por encima de la actividad del segundo trimestre de 2008, el máximo hasta ahora en la economía gallega.
La demanda interna tira del carro. El gasto de las familias subió un 0,4% y un 1,2% respecto al tercer trimestre de 2016, según los datos publicados ayer por el Instituto Galego de Estatística (IGE). Va más fuerte el desembolso de las administraciones, con un alza trimestral del 1,6% y del 1,8% en tasa anual; y, sobre todo, la formación bruta de capital, que agrupa la inversión de las empresas: es un 2,2% más alta que en el segundo trimestre y casi un 5% mayor que el pasado ejercicio. El freno en el comercio internacional de las empresas se nota en la contabilidad regional, con caídas cercanas al 3% en la aportación de las exportaciones y las importaciones al PIB.
"Los datos del IGE muestran que el PIB de Galicia encadena ya ocho trimestres consecutivos con tasas de crecimiento iguales o superiores al 3%", apunta la Consellería de Facenda, que destaca la convergencia alcanzada con el ritmo al que evoluciona la economía española.
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Como también subraya el departamento que dirige Valeriano Martínez, todos los sectores están en cifras positivas. Sobresale el comercio, la hostelería y el transporte, que se dispara un 6,6% respecto al año pasado, y un 4,2% las actividades profesionales. La totalidad de los servicios experimentan un ascenso en Galicia del 3,3% y se consolidan como el gran motor económico de la comunidad.
La construcción sigue dando muestras del despertar del ladrillo. En el tercer trimestre creció un 4,2%. La industria lo hizo un 1,8%, lastrada por el parón energético a causa de la meteorología tan extraña de este año -sin agua ni viento para la generación hidroeléctrica y eólica- porque la parte de manufacturas registra un aumento del 3,8%. Agricultura, silvicultura, ganadería y pesca avanzan solo un 0,5%.
Galicia alcanza los 1,132 millones de puestos de trabajo. Son 5.961 más que en el trimestre anterior, un alza del 0,5%, y cerca de 19.500 más que un año atrás. Del total, 997.837 son ocupaciones a tiempo completo, que se anotan un incremento trimestral del 0,8%.
Estas cifras, según Facenda, "confirman también que la recuperación económica se está trasladando al mercado laboral". "En este aspecto destaca el incremento del empleo en el sector primario, que crece un 3,9%, y la industria (3,4%) -añade la consellería-, con un incremento en la industria manufacturera que fue todavía mayor, del 3,7%".
La Xunta confirma que mantiene su previsión de crecimiento. A mediados del ejercicio la elevó al 3,1%, siete décimas más que el 2,4% fijado inicialmente en los presupuestos autonómicos.
El PIB regional que se asoma en la recuperación se parece poco a la radiografía económica previa a la doble recesión. En aquel momento, la industria suponía el 18,2% y hoy se sitúa en el 16,3%. La construcción pasó del 11,1% al 6,1%. El sector primario mantiene prácticamente la misma cuota (4,8%), mientras que los servicios ganan peso: del 57,9% al 63,6%.
Mejora de la productividad
Galicia produce hoy más que en 2008, a pesar de que el empleo está muy lejos de los niveles anteriores a la crisis. Hay 188.174 puestos de trabajo menos que hace nueve años. Si miramos solo los que son a tiempo completo, la diferencia es mayor -una parte importante de la recuperación laboral viene por las jornadas parciales y contratos por horas o días-, de 192.700. En asalariados, son unos 148.000 menos.
¿Cómo es esto posible? Entre otras razones, por la mejora de la productividad. Alcanza los 13.537 euros por puesto de trabajo y 15.360 en el caso de los empleos al tiempo completo. Unos 31,5 euros por hora, como recoge la publicación del IGE. En comparación con los niveles de 2008, la productividad aparente real escala cerca de un 18% por puesto de trabajo y un 23,6% entre las ocupaciones a tiempo completo.
