El taxi puso ayer toda la carne en el asador en su guerra contra la expansión imparable de los vehículos de alquiler con conductor (VTC), un nuevo negocio encabezado por las conocidas Uber y Cabify. Miles de profesionales del sector, sobre todo en las principales ciudades de España, secundaron un paro "masivo" que incluyó una manifestación en Madrid en la que, según los organizadores, participaron 20.000 personas, unas 4.000 por estimaciones de la Delegación del Gobierno. La jornada de protesta se alargó durante las 24 horas en la capital del país y Barcelona y llegó a casi todas las comunidades. En Galicia solo se desvincularon los taxistas de la ciudad de Ferrol. "No queda otra que ir a la huelga", defendía el presdiente de la Federación de Autónomos del Taxi en la región (Fedetaxi), Manuel Sánchez Quindimil.

De los 3.800 vehículos de Galicia, el paro fue, asegura Sánchez Quindimil en declaraciones a Europa Press, "generalizado", con servicios mínimos de "entre el 20 y el 25%".

Los taxistas reclaman un mayor control de la actividad de los VTC, que se cumpla la normativa actual y que se articulen medidas de protección para su sector. La expansión de plataformas como Uber o Cabify y la reciente sentencia del Tribunal Supremo que obliga a conceder 80 nuevas licencias VTC han vuelto a remover al sector del taxi. El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, reiteró ayer que el Gobierno no puede anular decisiones judiciales e insiste en que la sentencia se debe al "vacío legal" creado por la legislación del anterior Gobierno socialista.

El cobro por kilómetro y no por tiempo que ofertan Uber o Cabify, así como el sistema cerrado de precios (conocerlo de antemano) facilitan que estas plataformas ofrezcan supuestos ahorros en el precio de los trayectos en comparación con las tarifas del taxi. El gremio, ante la proliferación de las VTC, ha vuelto a protestar en las calles para solicitar al Ejecutivo un cortafuegos que defienda su trabajo.

La manifestación de Madrid ha estado presidida por pancartas en las que se podía leer "Por el cumplimiento de la ley" y "No a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y sus multinacionales. Por el servicio público del taxi". Los asistentes portaron carteles con lemas como "De la Serna dimisión", "El PP quiere destruir 100.000 puestos de trabajo", "No a la competencia desleal" o "Uber compra políticos en Europa". Si no logran cambiar nada, las principales patronales del sector aseguran que volverán a parar.

El presidente de la Asociación Nacional del Taxi de España (Antaxi), Julio Sanz, reclamó soluciones al Gobierno para devolver la estabilidad a más de 100.000 familias que dependen del taxi y exige el cumplimiento de la legislación vigente, que contempla que por cada treinta licencias de taxi pueda coexistir una de VTC. De hecho, el secretario de Estado de Infraestructuras, Transportes y Vivienda, Julio Gómez-Pomar, reconoció ayer que en algunas comunidades autónomas se ha rebasado el número permitido de licencias de VTC.

Unauto, la asociación con mayor representación en el sector del VTC, denunció actos vandálicos "desde primeras horas de la mañana" contra decenas de vehículos de este tipo en Madrid y Barcelona, así como agresiones a conductores. En Galicia los taxistas aseguran que no se registraron incidencias "dignas de mención".