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Adolfo Silva: "Las auxiliares de automoción lusas emplearán a más de 50.000 personas al cierre de este año"

"La industria portuguesa no incumple ninguna ley; agilizar los trámites burocráticos es simplemente una cuestión deprioridades"

FdV

La proximidad a las factorías españolas y a los principales mercados europeos, unido a las bonificaciones fiscales y los menores costes laborales están haciendo crecer a la industria de componentes de la automoción en suelo portugués, que año tras año logra batir sus cifras de empleo e inversión. Adolfo Silva es el director de la Asociación de Fabricantes para la Industria de la Automoción (Afia), que reúne a los principales actores del sector.

-¿Qué importancia tiene la industria auxiliar de la automoción para Portugal?

-Mucha. En el año 2016 el sector de componentes del automóvil contaba ya con 220 empresas y con 47.000 nuevos puestos de trabajo directos para unas ventas de 9.000 millones de euros, de los cuales el 85% fueron en exportaciones.

-¿Qué perspectivas de crecimiento manejan?

Las exportaciones se incrementaron un 7% entre los meses de enero y septiembre y creemos que el empleo lo hará al mismo ritmo.

-¿Tienen alguna decisión de inversión de alguna empresa extranjera sobre la mesa?

-Es algo que no podemos desvelar y que además todavía no sabemos con certeza, porque normalmente este tipo de negociaciones tardan mucho en hacerse públicas desde que se inician los contactos entre la empresa y los representantes de gobierno. En todo caso lo que es indudable es que tendencia desde 2014 es positiva y tiene visos de seguir siéndolo. En 2015 se invirtieron 424 millones de euros en el sector y en 2016, 558 millones de euros.

-¿Cuándo se superará la barrera de los 50.000?

-Es muy posible que sobrepasemos ese nivel este mismo año. Además, a través de una encuesta que realizamos entre nuestros asociados hemos constatado que la mayoría de las empresas tienen previsto seguir contratando a lo largo del próximo año.

-¿Qué factores hacen que Portugal sea un destino atractivo para recibir este tipo de inversiones?

-Tenemos más de 50 años de experiencia en el sector. Damos comodidad a la complejidad de esta industria y disponemos de mano de obra técnica y con unos costes laborales más competitivos a los de otros países de Europa central o del este. A esto se suman las buenas infraestructuras. La red ferroviaria ha mejorado notablemente, con conexiones tanto a España como a Francia. La parte de puertos de mar son competitivos y cuando se mira a producto que tiene que transportarse por vía marítima, Portugal está muy bien posicionado, Es el punto de encuentro en el oeste y el este.

-¿Qué papel juega el sector educativo en el despegue del sector de la automoción en Portugal?

Los centros de formación, las universidades y los centros de investigación están muy ligados a la industria. Estamos asistiendo a muchos esfuerzos comunes entre empresas y los centros de saber y ahí se está realizando el desarrollo de nuevas tecnologías y productos. Un ejemplo clarísimo en este sentido es la colaboración entre la Universidade do Minho y la factoría de Bosch en Braga.

-¿Qué responde a quienes acusan a Portugal de competencia desleal por las ayudas fiscales que otorga al sector?

-Portugal no infringe ninguna legislación. Que el coste por metro cuadrado sea inferior cumple totalmente con las reglas establecidas. Además, la flexibilidad que se concede a las empresas para implantarse o para expandirse, o la respuesta de alcaldes y gobierno central para agilizar el proceso burocrático es completamente legal. Es simplemente una cuestión de prioridades y no poner trabas

-Habla del atractivo de unos costes laborales más reducidos. ¿Son una amenaza los países del Norte de África como Marruecos?

-Marruecos será un jugador importante porque ya cuenta con ensambladoras de Renault o PSA y seguramente avanzará también en la fabricación de componentes. Para las manufacturas de mano de obra más intensiva seguramente Marruecos puede convertirse en una amenaza por sus menores costes de mano de obra, pero países como Portugal tendremos que pasar de manufacturas de mano de obra intensiva a manufacturas de mayor valor añadido, como en desarrollo de productos y proceso, con más innovación. Si evolucionamos, Marruecos dejará de ser una amenaza y la cantidad de coches que pasarán a ser montados allí serán una oportunidad de negocio para la industria de componentes portuguesa.

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