El centro vigués del Grupo PSA nunca pecó de tener pocos retos desde que empezara a construir las primeras furgonetas AZU hace 60 años en una comunidad imberbe en el sector de la automoción. De hecho la compañía considera como "hitos clave" -término asociado normalmente a algo positivo- algunos de los momentos más duros para la industria, como la crisis del petróleo de los setenta o la última doble recesión mundial. Lo recordó ayer en Vigo el máximo responsable de la multinacional gala para Europa y miembro del comité ejecutivo, Maxime Picat, para quien el futuro está sembrado de desafíos, distintos en fondo y forma pero igual de impredecibles que en el pasado, y que se sortearán con la misma receta que la que hizo de Balaídos un "referente": exigencia y calidad. "Debemos tratar de ser siempre los mejores; así tendremos el futuro siempre asegurado", exhortó durante las jornadas FARO Impulsa: Zona Franca, motor de progreso organizadas por FARO DE VIGO. El acto del decano conmemoró el doble acontecimiento histórico para Galicia de los 70 años de la institución que dirige Teresa Pedrosa y los 60 años de la firma del acuerdo que propició el desembarco de la firma gala en la ciudad.

Picat abordó los principales ejes de desarrollo de PSA, como su trayectoria hacia el coche autónomo, la electrificación de los modelos, la integración de Opel-Vauxhall o el desafío de países con mano de obra más barata. "Más que como amenaza Portugal y el norte de África tienen que verse como una oportunidad", apremió, ya que permitirán "ser más eficientes y ágiles". "Es una palanca al servicio de nuestra competitividad". Alrededor de la factoría lusa de Mangualde se han instalado numerosas firmas auxiliares de PSA -como con la de Autoeuropa, de Volkswagen- para proveerla de componentes just in time, así como fabricantes de nivel mundial de todas las marcas atraídos por una política incisiva de Portugal con suelo más barato, incentivos fiscales y ayudas europeas a la innovación.

Un acicate

Pero para Maxime Picat los entornos competitivos redundan en una mejora de las industrias capaces de hacer frente a esos desafíos, y puso Tesla como ejemplo. La compañía del mediático Elon Musk "no ha sido una amenaza", dijo el directivo francés; "ha sacudido la industria" con un modelo rompedor al que se han terminado de subirse todos los fabricantes. "La competencia es la mejor manera de mejorar", enfatizó. A su juicio, el trabajo de Vigo pasa por producir vehículos de mayor calidad a un precio más competitivo, y "asegurar" que todos los proveedores asuman esta competitividad será una garantía de éxito. "Le damos -dijo sobre los fabricantes de componentes- la suficiente presión para que lo logren". "No hay una amenaza local, tratando de ser siempre los mejores tendremos el futuro siempre asegurado", destacó en la jornada, que contó también con la colaboración de Suardíaz y Marsan.

De hecho Maxime Picat valoró con insistencia tanto el desempeño de la factoría de Balaídos como el de las auxiliares. "El impresionante trabajo colectivo ha reforzado al centro de Vigo como uno de los más eficientes de Europa y un referente en costes de producción", con un modelo de flexibilidad que se exportó a otras factorías del grupo. A día de hoy utiliza 116 componentes de la industria gallega de componentes, máximo exponente de una "verdadera cultura industrial" en constante evolución que, dijo, ha sabido "hacer frente a los desafíos pese a las diferencias". Que no han terminado, por cierto -ni unos ni las otras-, y el umbral de competitividad marcado en el plan estratégico Push to Pass (2016-2021) diseñado por Carlos Tavares irá en aumento. "El nivel de exigencia y competitividad debe aumentar con los proyectos K9 y V20" para "garantizar la satisfacción del cliente y proteger a la empresa a largo plazo". "Contamos con ustedes -dijo a los proveedores- y ustedes con PSA para reforzarnos, innovar y trabajar por la excelencia de la planta y el Polo Ibérico; es un factor clave".

Para Picat "estos 60 años de excelente colaboración", señaló sobre la alianza con Zona Franca y las proveedoras de componentes, son el hormigón de "una base sólida para construir un futuro en común". "Hemos pasado por momentos difíciles y algún fracaso, pero también por éxitos" de los que, destacó, el sector en su conjunto debe sentirse "orgulloso". Los nuevos lanzamientos harán que la factoría de Vigo, como recordó el director para Europa de PSA, recupere volúmenes de producción que había perdido durante la crisis. Y, pese al grado de excelencia alcanzado por la industria gallega, advirtió: "Es necesario preparase para ser más competitivo". Para afrontarlos Picat mencionó las cuatro "armas" del centro comandado por Frédéric Puech: el proyecto de transformación del centro hacia la factoría 4.0, el desarrollo y capacitación del personal, la optimización de recursos y la "colaboración" con el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG), polo de innovación de la industria gallega. " Coinventar soluciones innovadoras, trabajo con energía, con entusiasmo y por la excelencia" serán, vaticinó, la garantía del Polo Ibérico de PSA.

Estrategia y riesgos

Hasta 2021 el grupo francés sacará 121 nuevos lanzamientos, 28 de ellos en Europa, con "una gama destacada de vehículos eléctricos e híbridos". La adquisición de Opel, una firma alemana de gran arraigo tanto social como en el mercado global, ha servido al grupo de plataforma para ganar cuota de mercado (ahora del 17%) y le permitirá paliar los efectos del Brexit (Vauxhall es británica) o volver al mercado norteamericano, del que salió hace más de un cuarto de siglo. La conquista de nuevos países se complementa con implantaciones como la de Marruecos, Argelia y la creciente apuesta por Irán para apuntalar el objetivo de "ser un constructor mundial a la vanguardia de la eficacia y proveedor de servicios de movilidad".

Maxime Picat apeló durante su intervención a ejecutar los planes de electrificación de la industria con cautela. Preguntado por el vicepresidente ejecutivo de Anfac, Mario Armero, sobre la creciente presión sobre las emisiones, el ejecutivo calificó este asunto como "uno de los mayores desafíos". Picat mencionó por ejemplo la presión del Gobierno galo en favor del diésel, un motor de combustión que quedará vetado para su circulación en París en apenas siete años (en 2024). "Pedimos cautela, asegurémonos primero de dar buenos pasos para estar seguros de que las decisiones que tomemos sean las correctas", enfatizó sobre las nuevas normativas sobre emisiones, y pidió no "forzar a un cambio muy rápido que igual la industria no pueda asumirlo". En España solo el 0,3% de los vehículos fabricados al año (cerca de dos millones) son eléctricos. "Que estos vehículos sean cada vez más caros por la tecnología que tienen que llevar es una preocupación para nosotros" por si, zanjó, "los españoles no pueden pagarlos".