Turquía aprieta el ritmo en la carrera mundial del textil. Las ventas del sector rozan los 25.800 millones de euros y el gobierno del país anunció recientemente que en 2023 superarán los 43.000 millones. En tan solo cinco años, el incremento previsto en las exportaciones rondará el 66%, gracias, según la patronal que aglutina a sus fabricantes, a precios más bajos que en otros tradicionales polos proveedores y a una mayor calidad del producto que en China. La alargada sombra sobre las condiciones laborales obligó a subir de golpe un 30% el salario mínimo el pasado 2016. Las dudas no se calmaron del todo, tampoco la incertidumbre política y las repercusiones de compartir frontera con Siria. Pero Turquía saca partido de su evidente proximidad geográfica a los principales mercados de consumo europeo, el engranaje de toda la cadena de valor de la ropa y los ventajosos acuerdos comerciales negociados con Bruselas a cambio del acogimiento de refugiados sirios. Con todas esas bazas a su favor, el país es hoy el "segundo armario" de la industria de la moda de Galicia.
Entre enero y agosto, las importaciones de las marcas de la comunidad alcanzaron los 1.306 millones de euros. El 25,4%, cerca de 332 millones de euros, procede de Portugal, referente histórico del sector textil gallego dada su cercanía para cumplir los exigentes plazos de la fast fashion (la moda rápida). A continuación figura Turquía, que mandó a la región mercancía por valor de 266,8 millones de euros, el 20,4% del total, según las últimas estadísticas de la Secretaría de Estado de Comercio.
China e Italia se disputan la tercera posición entre los proveedores del textil de Galicia, con un 10,9% y un 10,5%, respectivamente, de las importaciones; seguidas de Marruecos (7,9%), Bangladesh (5,2%) y Pakistán (3,9%). Entre el resto de países proveedores destacan Corea del Sur y Vietnam, ambas con un 1,9%.
Haz click para ampliar el gráfico
Si echamos la vista atrás, hasta el comienzo en 2001 de la nueva etapa dorada de la moda gallega, heredera del mítico made in Galicia de los años 80, el reparto de los mercados de origen para el sector no tienen mucho que ver. La importación de prendas desde Galicia aumentó desde entonces un 138%. Portugal aportaba el 33%. Actualmente representa ese 25%, a pesar de que las compras al país, sobre todo a las fabricas del norte, crecieron un 85%. En el caso de Turquía, sus exportaciones a Galicia suponían el 6,6% del abastecimiento al textil. Durante estos 16 años, los envíos se dispararon un 641%. Los de Italia medraron un 169% y un 50% las adquisiciones de prendas en Italia.
En los primeros ocho meses de este año, las importaciones del textil cayeron un 10%, posiblemente arrastradas por el parón provocado por el retraso en la llegada del frío. La caída en operaciones con Portugal es de casi el doble, el 19%, mientras que con Turquía bajan solo el 6%.
La fortaleza de Portugal para el textil gallego se ejemplifica en los productos de mayor movimiento en tienda, como las camisetas. Turquía, en cambio, es imbatible en trajes y camisas de hombre.
La Confederación de Industrias Textiles de Galicia (Cointega) subraya la importancia de la proximidad para el modelo de negocio del sector en la comunidad. De ahí la concentración de las importaciones en pocos territorios y, especialmente, Portugal, que, asegura Alberto Rocha, secretario general, "es, cada vez más, un proveedor estable".
