La armadora holandesa Van Oord ha reclamado la entrega sin terminar de una draga adjudicada a La Naval de Sestao, en concurso de acreedores con un pasivo superior a 150 millones de euros y que ha perdido ya otro buque que tenía a medias en la grada. Al Vox Amalia le faltan todavía ocho meses de trabajo, según ha publicado el periódico vasco El Correo, pero su propietario desconfía de recibirlo en plazo -acumula ya retrasos en los hitos de construcción- por la complicada situación del astillero. Esta situación es similar a la vivida con el cablero Living Stone, de la belga Tideway, que llegó a entrar de noche en La Naval para arrancar literalmente el buque del dique con la ayuda de remolcadores. El barco permanece de momento en el puerto de Santurce.

De acuerdo a la prensa vasca las negociaciones entre Van Oord y La Naval de Sestao (está bajo supervisión de un administrador concursal) están avanzadas, lo que posibilitaría que la draga tuviese que terminarse en otro astillero. A cambio la armadora mantendría el segundo pedido en pie, el de la draga gemela Vox Alexia, que todavía no se ha botado. La cántabra Astander, especializada en reparaciones y reconversiones de buques, es la compañía con más posibilidades de finalizar el Vox Amalia. Ambas dragas cuentan con 158 metros de eslora y 36 de manga, y capacidad para 38 tripulantes. La previsión de Van Oord era de disponer de la primera unidad "para la segunda mitad de 2017", según ha publicado en su web corporativa, y la segunda para "los primeros meses de 2018".

El Gobierno vasco, a través de su presidente, Íñigo Urkullu, no ha descartado la inyección de dinero público en el astillero a cambio de una participación para evitar que se tenga que liquidar.