100 días despues de culminar su integración dentro del grupo PSA, Opel desgranó ayer su nueva hoja de ruta con la que espera dar carpetazo a los números rojos en 2020. Para ello articula su plan estratégico denominado PACE!, en el que se marca el reto de expandirse a nuevos territorios, reducir costes, potenciar su segmento de furgonetas y posicionarse en el mercado eléctrico.

Opel intentará hacer de su condición de marca alemana uno de sus puntales para adentrarse a nuevos mercados. La firma prevé entrar en más de una veintena de nuevos mercados antes del año 2022 y que contribuyan con más del 10% de sus ventas totales. El objetivo así elevar la actividad en sus fábricas, que actualmente operan muy por debajo de la plena capacidad.Algo que, unido a las sinergias con el grupo PSA -cifradas en 1.100 millones de euros anuales en 2020 y 1.700 millones en 2026- actuarán sobre su talón de aquiles: sus elevados costes. La reducción de los gastos en administración, marketing e I+D por la integración con PSA permitirá que Opel tenga que dedicar 700 euros menos a la fabricación y puesta en el mercado de cada vehículo.

Para lograr este objetivo Opel descarta el cierre de fábricas y de despidos forzosos. "La reducción necesaria y sostenible de los costes laborales se alcanzará con medidas responsables, como conceptos innovadores sobre el tiempo de trabajo, programas voluntarios o planes de jubilación anticipada", explicó la empresa. El objetivo es que los costes de personal pasen de suponer el 15% de sus ingresos que suponen en la actualidad al 11% proyectado para permitir que su negocio sea rentable incluso aunque la producción del grupo caiga hasta las 800.000 unidades.

El centro de Vigo, precursor

Además de expandirse a nuevos mercados, en los planes de Opel también está elevar los ingresos de su división de vehículos comerciales ligeros (furgonetas) en un 25% hasta el año 2020. Este crecimiento descansará sobre sus modelos Vívaro y Combo. Esta última será lanzada al mercado el próximo año como parte del proyecto K9 y será ensamblada en la factoría de Balaídos. Este modelo será montado sobre la plataforma EMP2, de PSA, convirtiéndose así en el primero en culminar la transición con la que Opel prevé reducir su número de plataformas de las nueve actuales a las dos de PSA en 2024.